Un proyecto que ayuda a mejorar la imagen, pero solo en el corto plazo

Lo ayuda, pero no tanto. O por lo menos no en el largo plazo. Esa es la conclusión a la que arriban los analistas sobre el impacto que pueda tener una eventual aprobación de la legalización del aborto en la imagen de Mauricio Macri.  La coincidencia es que este tipo de debates, sobre derechos y libertades individuales, ayudan en una construcción simbólica, pero a la larga son otras las cuestiones que definen un voto. La economía, en ese sentido, aparece en primer plano.
Mientras el dólar siga siendo noticia, no hay debate por la legalización del aborto que termine de favorecer a Macri. En la Casa Rosada se muestran satisfechos por la reacción social ante la apertura del debate. El miércoles a la mañana, en una reunión de la mesa de coordinación, el Presidente y un grupo de funcionarios analizaron un trabajo de Isonomía que mostraba que el 74% de los entrevistados valoraba positivamente la decisión del Gobierno de habilitar el debate parlamentario. Sin embargo, la paridad aparecía cuando se preguntaba sobre la postura personal en torno al tema. Y con contradicciones: la mitad cree que es un delito el aborto, pero también que no hay que penalizarlo.
“Yo creo que en el corto plazo le impacta positivamente el tema a Macri, pero a mediano o largo menos, porque un gobierno no es evaluado por las cuestiones socioculturales”, analiza Facundo Nejamkis, de la consultora Opina Argentina. “Nadie cambia su valoración de Alfonsín por el divorcio, o el de los Kirchner por el matrimonio igualitario.  Te mejora la visión, pero si la economía no funciona no te cambia nada”, agrega. En su lectura, Macri está queriendo quedarse con una marca de “políticas de género”, que puede “reforzar su imagen solo si tiene un buen ciclo económico”.
Para Pablo Knopoff, de Isonomía, “si no tuviesemos la agenda económica que tenemos, esto es bueno para Macri, porque lo ayuda a limpiar su imagen”. “Es una agenda que le queda cómoda, pero no lo va a ayudar en las perspectivas futuras, que es lo que tiene que mejorar. El aborto no te cambia en nada eso”, continuó. Knopoff, además, separó el debate del microclima político. Su opinión es que la mayoría de la sociedad, fuera de los polarizados por la grieta, “usó, en el buen sentido, a la política y se puso adelante del debate”.
Sectores del Gobierno están analizando como positivo también el paso que se dio en Diputados. “Había una demanda en la calle, y hay una alineación con una idea de futuro, de contemporaneidad, muy importante”, expresó un funcionario de la Rosada.
Esa visión, sin embargo, no fue la que primó en la última reunión de gabinete, el martes. Allí, Patricia Bullrich planteó que el triunfo del Sí era el único resultado bueno para el Gobierno, pero recibió como respuesta la misma que tenían los voceros oficiales: que lo importante es que se había abierto el debate y que eso era lo que se valoraba.

En agenda. ¿Le ayuda al Gobierno que el tema siga en agenda? La respuesta es la misma que antes. Mientras las cuestiones económicas sigan siendo noticias y el dólar y la inflación no le den respiro al Gobierno, no hay debate que le pueda traer calma.
En el equipo comunicacional, de todas formas, prefieren separar los temas. Ellos no suelen hablar de “agenda” sino de “conversaciones”. Y el manual indica que tenés que poder comunicar una visión y unos valores sobre cada tema. Y en ese sentido, más de uno, en ese equipo, está celebrando la media sanción de Diputados y se entusiasma con lo que podría pasar en el Senado.n