Las intensas lluvias registradas en Paraguay y la continua crecida del río del mismo nombre amenazan con una catástrofe ambiental que podría afectar a toda la región, alcanzando las aguas del río de la Plata según denuncian los propios ambientalistas del vecino país.
El vertedero municipal de Cateura es el sitio principal en que se depositan los desechos de la ciudad de Asunción. Lleva en funcionamiento casi tres décadas y según las autoridades paraguayas se encuentra en el final de su vida útil por lo que se analizan nuevos proyectos para la basura. El predio cuenta con una enorme pileta que contiene unos 100 millones de litros de lixiviados, nombre que se le da al líquido que producen los desechos, el cual es altamente tóxico y cancerígeno. Según revelan entidades ecologista está a pocos metros de ser alcanzado por las aguas del río Paraguay, generando un desastre de magnitudes incalculables no sólo en dicho cause sino también en las aguas del Paraná y del río de la Plata.
Actualmente el río Paraguay se encuentra en 7,22 metros en la zona de Itá Enramada a sólo pocos los centímetros de la pileta de Cateura que contiene los lixiviados. El riesgo no está dado solamente por el hecho de que el río alcance la zona de la piscina, sino que el agua empiece a generar desmoronamiento de los muros de contención de la misma. El pronóstico no es favorable ya que se esperan más lluvias en los próximos días generando un peligro inminente.
La ambientalista Verónica Bustos detalló que pasaría en caso de que el río provoque el desborde de la gigantesca pileta: “La aguas se cubrirían de negro matando toda fauna íctica y otros productos pesqueros, la biodiversidad completa (fauna y flora acuática), además de dejar inservible el agua para preparar alimentos, lavar ropas, etc” y remarcó, en diálogo con medios paraguayos, las graves consecuencias que esto tendría en la región, principalmente en Argentina. “La gravedad de la situación aumenta por el hecho de que la contaminación avanzaría por su cauce hasta llegar al Río de La Plata”.
“Es incalculable el daño que puede causar a la biodiversidad en caso de que entre en contacto con el río”, advierten en la misma línea Rubén Figueredo y Gabriela Vergara pertenecientes a la Fundación Itá Enramada.
Por su parte el consultor financiero Amilcar Ferreira en diálogo con el diario La Nación de Paraguay también fue contundente respecto a las devastadoras secuelas que provocaría el contacto de las aguas del río con el lixiviado: “Si la crecida del río Paraguay llega a las piscinas de Cateura, que contienen químicos contaminantes, eso causará no solo un desastre ambiental, con su correspondiente impacto económico negativo, sino también un golpe a la imagen país”.
Desde los órganos oficiales paraguayos, la postura es mucho más moderada e intentan bajar el tenor de las acusaciones de las agrupaciones ambientalistas. La Secretaría de Ambiente de Paraguay (SEAM) y la empresa que administra el lugar, EMPO, sostienen enfáticamente que no hay peligro y que para que ocurra una tragedia como manifiestan, el río debe alcanzar los 10 metros.
Hace pocas semanas un lixiviado de Minas Gerais, Brasil provocó el mayor desastre ambiental en la historia del país cuando una avalancha de barro y residuos mineros arrasó con un pueblo y destruyó el río Doce.