Los partidos de origen trotskista enfrentarán este domingo una contienda clave para el futuro de un sector político que espera ser protagonista ante el ajuste que, vaticinan, llegará el próximo año, sea quien sea el elegido. Por un lado, por primera vez habrá una disputa interna para definir candidaturas dentro de la alianza más fuerte de este sector, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), que en 2013 sorprendió con más de 1.200.000 votos y cuenta con representación parlamentaria en siete distritos.
Jorge Altamira encabeza una de las listas, con el apoyo del Partido Obrero (PO) e Izquierda Socialista (IS); mientras que el joven diputado nacional por Mendoza Nicolás del Caño lidera la nómina del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Altamira es el favorito, pero Del Caño espera dar una sorpresa en Mendoza, Jujuy y Neuquén.
La otra definición que dejará esta elección para la izquierda es si el FIT se afianza como la principal fuerza de este espacio y –ésta es la clave– la único capaz de superar el límite del 1,5% en primarias nacionales. Contra esta idea se presentan el MST-Nueva Izquierda, con la candidatura del legislador Alejandro Bodart a la presidencia, y el Nuevo MAS, que lleva una fórmula encabezada por Manuela Castañeira, la candidata más joven de la elección, con 30 años.
