POLITICA
En lugar de ir a peinar pinginos en el sur, el acusado fue ascendido

Una soldado voluntaria denunció que está cajoneada su denuncia de acoso sexual en el Ejército Argentino

Se trata de Yessica Pereyra quien se desempeñaba en Campo de Mayo. Un cabo la arrinconó, la sujetó y quiso forzarla. Más información en el Diario Perfil, Edición Impresa.

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Yessica Pereyra, la voluntaria que denunci haber sido abusada por su superior directo en el Ejrcito. | Adrin Sthelik/ familia Pereyra
¿Nunca hiciste el amor al aire libre? le insinuó en la madrugada de junio de 2003 un cabo del Ejército a la soldado voluntaria Yessica Pereyra, una de las diez jóvenes de 19 años, que habían aprobado con éxito el examen de ingreso al Ejército.

Yessica en diálogo con PERFIL confesó que desde ese momento sintió que algo terrible podría ocurrirle y no estaba equivocada. Dentro de los cuarteles, el mismo cabo le ordenó que ingresara a un cuarto contiguo mientras el resto de sus compañeros formaban fila en el patio exterior.

“Entré para cumplir la orden; él apagó la luz, me arrinconó en un escritorio; me sujetó y quiso besarme”, relató Pereyra, que denunció haber sido víctima de un acoso sexual en el Ejército durante la gestión del ex ministro de Defensa José Pampuro y del teniente general Roberto Bendini.

Dos voluntarias del Regimiento de Sanidad de Campo de Mayo lograron detener al cabo a tiempo. El testimonio de las mujeres quedó plasmado en un expediente de la Justicia Militar que investiga el caso. Sin embargo, el “sumario interno” no fue entregado a los familiares bajo la promesa de que “sería investigado hasta las últimas consecuencias”.

Dijeron que iban a enviarlo a peinar pingüinos al sur pero a las pocas semanas lo ascendieron a cabo primero”, dice sorprendida la joven que hoy tiene 23 años, y tuvo tres intentos de suicidio después de la denuncia a su superior. Su familia atribuye el cuadro depresivo al presunto caso de abuso sexual en los cuarteles del Regimiento Militar, informó PERFIL.

Al poco tiempo de haber elevado la queja al jefe de Comando, Pereyra fue reasignada en el Regimiento de Comunicaciones, pero el maltrato recrudeció y el trato cordial con el resto de los voluntarios terminó por enfriarse: “El mismo cabo pasaba, me ordenaba que hiciera flexiones de brazos, carrera marcha y me tildaba de tiernita. A pesar de lo que me había pasado era quien nos llevaba en el camión al psiquiatra”.

En la cartera que conduce Nilda Garré confirmaron que el episodio jamás llegó a oídos de la ministra ni tampoco del ex ministro Pampero. Sin embargo, una alta fuente que aún se desempeña en esa cartera confió a PERFIL que éste “no es el primer caso ni el más grave”.