

Periodista de Política de Diario Perfil. Mail: [email protected]
@ezequielmauro
“Estamos volviendo a 2014, un tono sencillo, humilde y con una María Eugenia bien cercana”. La frase de unos de los colaboradores de la gobernadora bonaerense se refiere a lo que será el próximo mes para María Eugenia Vidal y su campaña. En otras palabras, volver a las fuentes: recorridas con pocos asesores, caminatas por centros comerciales y plazas de cada municipio, una copia de lo que fue la estrategia proselitista en 2014 y gran parte de 2015 que la depositó en la Gobernación.
La cercanía, cuentan en la Provincia, había sido un activo que le permitió crecer en la campaña de Cambiemos hace cuatro años y fue determinante también para que, en medio de la crisis económica, la figura de la mandataria se mantenga al tope de las preferencias. Pero, justamente, la economía terminó dañando a todo el oficialismo y, para las PASO terminó siendo la vocera de la crisis: hasta justificó el desempleo, tuvo que hablar del dólar y de una serie de variables lejos de su alcance, a falta de voceros oficiales del gobierno nacional. El impacto en las urnas fue claro: la derrota con Axel Kicillof era impensada hasta en las peores pesadillas del vidalismo.
En este marco, aunque el clima entre los asesores de Vidal no es el mejor –la casi segura derrota es lo que predomina–, la idea de hacer “la mejor elección posible” le dio una nueva sonrisa a la gobernadora.
De esto se habló el martes en la reunión de campaña que animó el jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai, donde se determinó que Vidal participe de las dos marchas que planteó el presidente Mauricio Macri, pero el resto quedará atado a su propia campaña. Se trata de Junín, el lunes, y Bahía Blanca, el otro destino próximo. Por estas horas, de hecho, no estaba confirmada la presencia de la gobernadora en la marcha del “Sí se puede” de hoy en la Capital Federal. “Va a ir a muchas marchas pero no a todas; tenemos nuestro esquema de campaña”, confían en las oficinas de la Gobernación en Retiro. Un consuelo: el esquema de recaudación de la campaña a cargo del secretario general, Fabián Perechodnik, ya superó largamente los $ 50 millones.
Mientras tanto, Vidal lanzó dos nuevos spots: “Lo damos vuelta” y “Te escuché”, cuya voz en off y presencia preponderante se hacen notar. Esta vez, al final aparece el candidato a vicegobernador, Daniel Salvador, quien en diciembre pretende seguir en las filas del vidalismo desde la UCR. Trabajo no le faltará: su hijo Sebastián está séptimo en la lista de diputados nacionales y, salvo una catástrofe electoral, será parte del próximo Congreso nacional.
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