POLITICA
Es el ttulo de un artculo del peridico estadounidense

Washington Post: la Argentina revive miedos de la guerra sucia

El diario reporteó al juez Carlos Rozanski y al ex Teniente Coronel Emilio Guillermo Nani, quien realizó una ferviente defensa de las violaciones a los derechos humanos. “Nosotros fuimos las víctimas”, señaló el ex militar y atribuyó a "los amigos del gobierno" la desaparición de Jorge Juilo López.

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El diario estadounidense |

El matutino estadounidense The Washington Post publicó en su edición de ayer una nota titulada “Los juicios por la guerra sucia argentina reviven viejos miedos y hostilidades”, en la que el juez Carlos Rozanski y el ex Teniente Coronel Emilio Guillermo Nani dan sus puntos de vista.

“Argentina está juzgando su pasado este año, sondeando la memoria y la conciencia de los que sobrevivieron a la sangrienta guerra sucia”, afirmó el periodista el autor del artículo, Monte Reel, quien suele escribir sobre temas latinoamericanos.

“Se cree que hay entre 9.000 y 30.000 personas que fueron desaparecidas por los militares, dependiendo de la fuente”, indica el articulo.

En la nota se mencionan la desaparición del testigo Jorge Julio López y las amenazas recibidas por jueces y fiscales, a través de “cartas intimidatorias demandando que se frenen los juicios”.

Las palabras del Juez. “En un sentido, tal vez nos equivocamos al subestimar el poder de la reacción entre algunos grupos que se oponen a estos juicios, aunque la mayoría de la Corte los apoye”, contó Rozanski en la nota.

“Tal vez la razón por la que nos sobreestimamos y por la que subestimamos las reacciones de los otros es que en pasaron 30 años sin justicia, lo que hace cosas muy complejas y poderosas a la gente. Un juicio como éste no sólo es un tema jurídico, es mucho más profundo”, señaló.

"Es difícil porque le estamos diciendo a los testigos 'Venga y testifique, va a ser bueno sacarse todo de adentro' y al mismo tiempo están todas estas amenazas”, relató el juez, para después agregar que “esto desorienta a nuestros testigos, algunos de los cuales no van a seguir atestiguando, pero la mayoría sí”.

El artículo cuenta que un patrullero custodia la casa de Rozanski, al tiempo que indica que algunos testigos aceptaron ser vigilados por policías, aunque otros no. “La historia les enseñó a tenerle miedo a las fuerzas de seguridad más que nada que pueda amenazarlos”, indica la nota.

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“No te podés olvidar que en Argentina, estamos hablando de una historia donde hubo terrorismo de Estado, lo que hace las cosas mucho más complicadas”, dice Rozanski.

Una visión sesgada. Por su parte Emilio Guillermo Nani, quien de acuerdo a la nota trabaja de “asesor de seguridad”, relata su visión de los hechos.

“En los 70s, yo era capitán y viví todo: los ataques, las bombas en los edificios del gobierno, es asesinato de mi jefe en Mar del Plata que murió en mis brazos”, afirmó Nani, quien usa un parche en uno de sus ojos.

El ex Teniente Coronel dijo que cree que la cifra de 30.000 desaparecidos fue aceptada como un hecho “no porque sea verdad, sino porque la historia siempre la escriben aquellos que están en el poder”.

Nani admitió que pudo haber habido “algunos excesos en la parte militar, aunque eventos desafortunados sucedes en todas las guerras” e insistió que “hubo igual cantidad de abusos perpetrados por los grupos de izquierda enemigos del gobierno soberano”.

“Muchos de los que figuran como desparecidos eran terroristas que simplemente se mudaron a otros países y cambiaron sus nombres”, señaló.

“No eran amas de casa o estudiantes, eran organizaciones militares, usaban uniformes, tenían jerarquías, emblemas y docrtinas”, definió.

“Para empezar a rescribir la historia, Nani ayudó a organizar la marcha de la semana pasada en la Plaza San Martin, de Buenos Aires, donde varios miles de personas que apoyan a los militares honraron a los soldados y oficiales policiales que murieron durante la guerra sucia”, dice el artículo.

“Eran héroes que murieron luchando en una guerra contra el terrorismo”, dijo Nani.

“Ahora, el terrorismo está de vuelta. Las amenazas contra Rozanski y otros jueces fueron probablemente enviadas por sus amigos en el poder, no por alguien asociado con los militares. Y la desaparición de López, pudo haber sido arreglada con su consentimiento. Es un pantalla de humo, el gobierno es el único que se puede beneficiar con la desaparición de López”, afirmó.

“Si los juicios continúan, continuaré manifestándome pacíficamente contra ellos. Antes que sea demasiado tarde haré todo lo posible para establecer que fuimos los militares las víctimas y no al revés”, dijo.

“La gente está llegando al punto en la que ya está harta, no se puede tirar eternamente de la cuerda sin temer a que se rompa”, amenazó.