Alberto Fernández asegura que ya se siente bien y que no volvió a sufrir ningún “rasguño en el estómago”, tal como él mismo describió en la intimidad a las molestias que sufrió diez días atrás. Tras un regreso paulatino a la actividad oficial, este viernes tuvo la primera acción afuera de la Casa Rosada. El lugar elegido fue el conurbano bonaerense que el Presidente planea visitar una vez por semana y se trató de un recorrido cuidado en el que sólo habló de gestión.
En su primera semana después de haber sido diagnosticado con una gastritis erosiva, el jefe de Estado pasó de hacer un álbum de fotos y reuniones en Balcarce 50 a un acto cuidado en Pilar. Tras su regreso de Indonesia y el reposo recomendado por su médico personal durante el fin de semana largo, Fernández llegó al conurbano bonaerense acompañado por los ministros Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social). Allí lo esperó el intendente de Pilar Federico Achával con quien inauguró un Centro de Desarrollo Infantil.
“Hay sectores de la Argentina que han quedado postergados y necesitan una mano del Estado para poder ayudarlos a terminar sus carreras, a seguir trabajando, a que sus hijos e hijas crezcan en un lugar digno”, les dijo Fernández ante directivos, docentes y padres de los niños que atienden. Fue un discurso corto con una recorrida por el establecimiento en donde agregó: “Ya recuperamos un millón trescientos mil puestos de trabajo y seguimos trabajando para que haya más empleo, para que la producción crezca, para que la riqueza se distribuya mejor y para que a nadie le falta la ayuda necesaria”. La directora del Centro de Desarrollo Infantil escuchó a Alberto Fernández con lágrimas en los ojos, al igual que una mamá que le agradeció por tener un lugar para contener a su hijo mientras ella pudo estudiar. Se trata de uno de los treinta establecimientos que construyó el gobierno nacional en seis provincias de los quinientos centros proyectados.
Al regresar a la Casa Rosada, al jefe de Estado lo estaba esperando Sergio Massa. Después de definir los últimos detalles del lanzamiento de una nueva edición del dólar soja, cruzó al Ministerio de Economía, en donde almorzó con el titular de esta cartera (ver aparte). Unas horas después, volvió a su despacho en el que concentró la actividad durante la semana.
El jefe de Estado suspendió la visita a Corrientes el miércoles, pero se mostró activo en Balcarce 50. A quienes le preguntan cómo está, les asegura que no volvió a sentir el “rasguño en el estómago” que trataba con Uvasal hasta que se descompensó en el G20 que se llevó a cabo en Indonesia. El último chequeo fue en el Sanatorio Otamendi el sábado y ya no mostró signos de sangrado. El jefe de la Unidad Médica Presidencial, Federico Saavedra, siguió la salud del Presidente desde Buenos Aires cuando Fernández se descompuso a 15 mil kilómetros de distancia. Por teléfono, le decía al entorno del Presidente que no le hagan más que una endoscopía y análisis de sangre en Indonesia y que al regresar a la Argentina volvería a ser controlado.
El álbum de fotos y reuniones de esta semana incluyó a los históricos intendentes del Conurbano, Juan José Mussi (Berazategui), Julio Pereyra (Florencio Varela) y Alberto Descalzo, Ituzaingó. También se mostró con el embajador de Brasil, Daniel Scioli; con el titular de la AFIP, Carlos Castagnetto; con el ministro y viceministro de Justicia, Martín Soria y Juan Martín Mena; con el referente de la CGT, Héctor Daer; y con el gobernador, Gildo Insfrán. Para el lunes, el jefe de Estado planea volver al territorio ya que tiene en agenda una visita a La Plata.