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lidia satragno, la “SEÑORA TELEVISIÓN”

A la espera del último adiós a Pinky, toda su familia recibe el afecto de quienes la quisieron

A los 87 años, murió Pinky. Fue su hijo Gastón quien informó la noticia tras encontrarla sin signos vitales en su casa. Por este motivo, recién este fin de semana, familiares y amigos podrán acompañar su adiós definitivo. Lidia Satragno, tal el nombre detrás de Pinky, es sin duda la señora televisión por las horas de aire que acumuló desde su ingreso en 1956 al Canal 7, el único que por entonces, tenía la Argentina. Con el tiempo y tras un impasse donde se radicó en Punta del Este, creyó en la UCR y luego en Unión PRO como espacios para hacer política partidaria. Fue candidata a intendente y diputada.

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Emblema. Lidia Satragno “Pinky” es parte de la historia de la televisión argentina. | cedoc

Así como Mirtha Legrand es “la reina de los almuerzos televisivos”, Mónica Cahen d’Anvers, “la dama de la noticias”, Pinky es la indiscutida “señora televisión”. Sí, es cierto, el último programa que tuvo –fue en la TV Pública– en 2019 no exhibió su mejor imagen, pero antes de todo eso, Lidia Elsa Satragno, más conocida como Pinky, representó para la historia de los medios argentinos, la cara de la televisión. Y con su muerte, a los 87 años, se va un ícono indiscutido de la pantalla chica. En su recorrido profesional, Pinky acumuló horas delante de las cámaras como millas aéreas suma Mirko, el hijo de Marley desde su nacimiento. 

Las anécdotas de cómo ella hacía televisión en el primer canal que hubo en la Argentina –el Canal 7 de la calle Posadas– forman parte de la historia, y si alguna vez se hiciera una sitcom sobre eso, la figura de Pinky y de colegas de entonces como Nelly Prince o Nelly Trenti, serían centrales. La tecnología que hoy permite hacer televisión con un celular no se veía ni siquiera en las películas de ciencia ficción. Todo se hacía en vivo, y Pinky era conductora de un ciclo, o presentaba noticias y al mismo tiempo, ponía su voz y su cara para hacer una publicidad en vivo cambiándose de vestuario con la misma rapidez que las modelos en un desfile o las vedettes en un burlesque. Esa agilidad no exenta de errores también hacía que, por ejemplo, se gasten bromas entre el equipo y a Pinky, por ejemplo, le escondieran los zapatos. Ese detalle no era menor entonces: las cámaras eran fijas y esa broma las obligaba a mantenerse en puntas de pie durante todo un bloque para no salir del plano que recibían los televidentes. 

De San Justo a la TV. Lidia Elsa Satragno nació un 11 de noviembre de 1935 en San Justo, localidad de la provincia de Buenos Aires lindera con el barrio de Mataderos. De su familia, las veces que ella eligió hablar, lo hizo siempre con discreción y midiendo sus palabras. Sí, se refería a una familia vecina de esa zona que ella estimaba mucho por la fabulosa biblioteca que tenían y de la que ella hacía uso. Y de sus hermanos, su preferida fue la menor Raquel Satragno, quien se radicó de joven en Europa donde trabajó como modelo.

Ser periodista y conductora fue el puntapié inicial para convertirse en Pinky a partir de su primera aparición, en 1956, en pantalla del “viejo Canal 7, el único en todo el país. Pero ella también tuvo un paso fugaz como actriz, y como modelo, no de pasarela sino de publicidades. Por su garbo, fue un referente de estilo para mujeres de su época y casi todos los diseñadores argentinos consagrados la vistieron en sus distintos ciclos televisivos. Su porte, su voz clara y su risa fuerte y ronca, también fueron su sello. 

Pinky y... Si bien en un momento, la pusieron a competir con Mirtha Legrand, los recuerdos que asocian a Pinky con la televisión son ciclos como Nosotros e Incomunicados, ambos junto a Bernardo Neustadt; El pueblo quiere saber, Pinky y la noticias, Con sabor a Pinky, o el especial Las 24 horas por Malvinas, y por supuesto, el anuncio en 1980 del paso de la televisión blanco y negro al color, en 1980.

Cambio de hábito. Cuando la televisión comenzaba a habilitar el ingreso de otro tipo de conductoras, Pinky vio en la política una continuación de lo que ella entendía como una forma de continuar su idea de “servicio público”. Eran los finales de los años 80 y las ideas expresadas por Rodolfo Terragno en su libro La Argentina del siglo XXI, hicieron un Tetris perfecto entre lo que proponía el por entonces presidente de la Unión Cívica Radial alfonsinista, y lo que ella creía debería ser el plan para el país del futuro. Acá se produce el famoso blooper: celebró por anticipado una victoria electoral inexistente como intendenta de “Mi Matanza”. Luego fue secretaria de Promoción y Acción Social en el gobierno de Fernando de la Rua; y de 2007 a 2011 diputada nacional por la provincia de Buenos Aires por Unión Pro.

Familia. En lo personal, Raúl Lavié fue su pareja más famosa y con quien tuvo a sus dos únicos hijos, Gastón y Leonardo, quien falleció en 2019 a los 54 años. Tuvo también otros amores, pero siempre fue discreta al respecto. Por temas administrativos, se espera que recién el fin de semana, su familia se reúna para dar el adiós final a Pínky.