PROTAGONISTAS
de la cabina de relator de futbol a la alfombra roja

Alex Vinash es nieto de José María Muñoz y diseña para las estrellas de Hollywood

De chico jugaba a relatar partidos como su abuelo, luego se inclinó por la moda. Creó el vestido que usó Billy Porter en los Golden Globe 2020, elegido como el mejor de la noche.

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Atelier. Alex en su lugar de trabajo, en Nueva York. Allí diseñó el vestido que Billy Porter usó en la reciente entrega de los Golden Globe, y que le demandó tres meses. Antes de dedicarse a la moda, fue patinador más de una década en compañías europeas y hasta en Holiday on Ice. | gza. a.v.

“Fútbol, pasión de multitudes”, solía decir en sus relatos José María Muñoz. Cuatro décadas más tarde, su nieto Leonardo también logra la pasión de multitudes, pero en su caso, a través de la ropa. A los 41 años y bajo el nombre de Alex Vinash, se convirtió en un diseñador sobre quien  celebridades de Hollywood pusieron la mirada luego de que el vestido que creó para Billy Porter fuera elegido como el mejor de los Golden Globe 2020. “Es un cambio radical en mi vida. Mi teléfono no para de sonar. Hay gente que en cinco años no me contestó un mensaje y ahora me están llamando”, cuenta a PERFIL desde Nueva York , y recuerda cómo su abuelo –un ícono de  la transmisión radial deportiva– lo incentivaba para que se dedicara al arte.

—Imagino que la última semana fue una locura…

—Sí, pero también con mucha alegría. Hace cinco años que estoy en Nueva York y acá tengo mi boutique. Hace tiempo que trabajo en la parte editorial, con producciones para revistas como Vogue, Elle, Time y varias más. Pero es la primera vez que trabajo con celebridades de esta manera, y el resultado es muy positivo.

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—¿Cómo llegaste a Billy Porter?

—Acá funciona de la siguiente manera. Es muy raro que las celebridades se comuniquen directamente con uno. La mayoría tienen estilistas que se encargan de su imagen y son quienes eligen a sus diseñadores. Antes de conocer a Billy vino su estilista al estudio, vio la ropa, le gustó y se llevó tres o cuatro piezas para probarlas con él. Billy recién estaba saliendo de Kinky Boots, la obra en Broadway, e iba a hacer una serie en Netflix, pero no había empezado a disparar tanto. Eso fue hace un año medio. A partir de ahí, el estilista siempre iba agarrando piezas para distintos trabajos, hasta que en un momento Billy habló con él para conocerme personalmente. Es algo que no suele hacer, pero se había enamorado de la ropa y la madre le dijo que cuando usaba mis diseños se veía elegante, entonces es como que me tuvo más respeto.

—¿Ahí empezó la idea para los reciente Golden Globe?

—Ese día me comentaron que tenían cuatro eventos: los Emmy, los Golden Globe, los Oscar y la Met Gala, que son los más importantes de Estados Unidos a nivel ropa. Para los Emmy ya tenían prometido a otro diseñador, pero para los Golden Globe no. El no estaba nominado, pero sí iba a ir y me lo dieron a mí.

—¿Qué te generó cuando todos empezaron a hablar del vestido que le diseñaste?

—No sé cómo explicar el momento en que él se para en la alfombra roja y ves que todos están aplaudiendo. También el hecho de que lo pongan como el mejor vestido y de que no hubo un mal comentario. Es una ventana muy grande y estoy muy contento. Trabajar con celebridades es divertido. También un dolor de cabeza, porque el vestido de Billy me llevó tres meses. Tuve que coser cada día y me he pinchado tanto y sangrado tanto que tuve que cambiar la chaqueta tres veces. Fueron muchísimas horas de trabajo, pero valió la pena.

—¿Surgieron nuevas oportunidades?

—Sí, me pidieron ropa para Catherine O’Hara y ahora la están probando. Todo depende, porque a veces toman cosas de la colección y si les queda se las ponen, y si no, no. También me llamaron equipos de otras celebridades, pero no puedo decir mucho porque se supone que debo mantener el secreto. Por suerte, a partir de esto han surgido muchas oportunidades. Eso es lo que tiene Estados Unidos. Cuesta mucho entrar, pero cuando entrás, entrás.

—¿Cómo empezaste a diseñar ropa?

—Fue casi de casualidad. Patinaba sobre ruedas en Argentina y llegué a ser campeón nacional. Luego me pasé al patinaje sobre hielo, pero viste cómo es en Argentina, todo es fútbol, y por más que seas campeón no significa mucho. Así que seguí estudiando, trabajando y patinando como hobby. Hasta que una productora europea me vio patinar en un show que se hacía en el Shopping del Abasto. De eso hace como unos veinte años. Vieron mi número, me preguntaron si quería ir a Europa a realizar shows y acepté. Me fui a Portugal por tres meses, hasta que otra compañía de Inglaterra me contrató. Más tarde pasé a otra compañía de Holanda, y por último me contrataron de Holiday On Ice de forma permanente. Patiné con ellos como unos diez años y lo disfruté mucho. Pero uno crece, y cuando estaba en mis 30 yo no quería ser patinador luego de los 40. Me encanta como hobby, pero no veía una carrera para siempre. Quería hacer algo relacionado con el patinaje pero que tuviera más relación con el arte y las cosas que yo hago. Así que empecé a realizar trajes de patinaje, porque conocía la industria y no había nada de diseño. Vendía en Barcelona y en Europa y me fue muy bien. Luego, revistas como Vanity Fair tomaron bodies diseñados por mí y los publicaron al lado de grandes marcas. Mi nombre empezó a hacerse conocido, y así fue como empecé a hacer colecciones pequeñas. Al año siguiente vieron una colección mía y me invitaron al New York Fashion Week. Así fue como vine acá por dos semanas y presenté el show con 15 modelos. Me fue bien y decidí quedarme. La verdad es que llegué con ropa de verano y una valija con mis vestidos. De a poco empecé a buscar un lugar para vivir, después un estudio pequeño, con cero presupuesto, y así empecé.

—Mencionaste que en Argentina todo es fútbol. Tu familia se relaciona mucho con ese deporte por tu abuelo José María Muñoz…

—Es superinteresante. Mi abuelo se crió en un mundo completamente distinto y era el fútbol evidentemente. Pero lo que no se sabe mucho quizá es que mi abuelo era un apasionado del arte. Tanto que cuando viajaba por trabajo siempre me traía folletos de los museos y telas que se traía de El Corte Inglés, en España, para hacerse los trajes a medida en Buenos Aires. Yo siempre estaba intrigado porque a él le gustaban muchísimo el arte y la moda. Cuando era chico empecé haciendo gimnasia, luego pintura, y ya tiraba para otro lado. El vio eso y siempre fue un soporte total para mí.

—¿Te gusta el fútbol?

—Somos cuatro hermanos y ninguno se dedicó a eso. Creo que vimos tanto fútbol de chicos que lo dejamos de lado. Pero sí nos divertía mucho de niños, y tengo recuerdos de ir todos a la cancha y ponernos en la cabina con todos los papeles para inventar nuestras historias y nuestros relatos.

 

Quien es

☛ El nombre de verdadaro de Alex es Leonardo Muñoz. Tiene 41 años y se crió en Villa Urquiza.

☛ Durante la infancia participó en talleres de pintura, tomó clases de gimnasia y fue campeón argentino de patinaje sobre ruedas.

☛ Su abuelo, José María Muñoz, fue uno de los relatores más importantes de la historia del fútbol argentino.

☛ El padre de Alex, Carlos Muñoz, también se dedicó al periodismo y al fútbol.

☛. Tiene tres hermanos y, según cuenta, ninguno de ellos se dedicó a una actividad relacionada con el fútbol.