PROTAGONISTAS
el hombre que atento contra el papa en 1981

Ali Agca visitó ayer el sepulcro de Juan Pablo II

Regreso. Ayer en plaza San Pedro.
| AFP

“He regresado al sitio del milagro.(...) Con el atentado al Papa produje un milagro. Por eso estoy acá luego de 34 años para decir que estamos en el fin del mundo, lo ha anunciado la Virgen de Fátima. Vine hoy porque el 27 de diciembre fue el día de mi encuentro con el Papa (N. de la R: se refiere a Juan Pablo II). Estoy muy feliz de estar en plaza San Pedro, en el lugar del milagro, en este  lugar del cristianismo. Viva Jesucristo, el único redentor de la humanidad”.
Estas palabras fueron expresadas ayer por Ali Agca en un video –subido en el sitio http://www.adnkronos.com– que lo muestra en plaza San Pedro primero, y luego dejando un ramo de rosas blancas en la tumba de Juan Pablo II.

El “milagro”. Ayer, se cumplieron treinta y un años de que Juan Pablo II visitara a Ali Agca en la cárcel y lo perdonara. Agca había intentado asesinarlo dos años antes, en mayo de 1981, en ocasión de la celebración de la Virgen de Fátima. El entonces Juan Pablo II iba en el papamóvil atravesando entre los fieles la plaza San Pedro y Agca –entonces de 23 años– efectuó cuatro disparos: dos balas se alojaron en su intestino, otra impactó en su brazo derecho y la cuarta bala en la mano izquierda.
Mientras se recuperaba de este atentado, la historia dice que Juan Pablo II estudió al detalle los informes de las apariciones de Fátima y al año del atentado viajó por primera vez a Fátima (Portugal) para “agradecer a la Virgen su intervención para la salvación de mi vida y el restablecimiento de mi salud”. Además, en 1984, una de las balas que recibió fue donada por el Vaticano y engarzada en la aureola de la corona de la imagen de la Virgen.
En diciembre de 1983, cuando visitó a Agca, éste le dijo: “¿Por qué no murió? Yo sé que apunté el arma como debía y sé que la bala era devastadora y mortal. ¿Por qué todos hablan de Fátima?”. Es por eso que, ayer, Agca repite en el video que está en el lugar donde él ayudó a que se produjera “el milagro”, es decir, la salvación de Juan Pablo II.

Sin respuesta. Aún hoy, los motivos que lo llevaron a intentar matar a Juan Pablo II son un misterio. En su autobiografía escribió que había sido un encargo del ayatolá Jomeini; antes, había dicho que estaban involucrados los servicios secretos de Sofía (Bulgaria), la mafia turca y los terroristas de los Lobos Grises. En un viaje a Bulgaria, Juan Pablo II dijo que jamás creyó en la “pista búlgara”. Tras 19 años preso en Italia, en 2000 Agca fue extraditado a su país, donde se lo encarceló por el asesinato de un periodista, Abdi Ipekçi, dos asaltos a mano armada y la evasión de una cárcel, delitos que cometió en los años 70. Salió del penal en 2010.
 “Puso flores en la tumba de Juan Pablo II. Creo que es suficiente”, declaró ayer el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, al diario La Repubblica. Agca pidió un encuentro con el papa Francisco cuando éste visitó Turquía, el mes pasado. Su petición fue rechazada.

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