PROTAGONISTAS
chanchogate esteño

Alvarez Castillo viajó a Buenos Aires y Pacha Cantón aceptó su culpabilidad

El empresario textil dijo a PERFIL que no hablará porque ya lo hizo en la Justicia. Y ayer, a 72 horas de viralizarse las imágenes, su amigo reconoció ser el responsable.

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En Buenos Aires. El jueves 16, Federico Alvarez Castillo en el Four Seasons. “Todo lo que tenía que decir, lo dije en la Justicia”, dijo a PERFIL. Dos empresas se desmarcaron de la firma del empresario tras lo del chanchogate. Repudio a un local de su marca en La Plata. | marcelo silvestro / cedoc

Seguramente el verano 2020 va a ser inolvidable para Federico Alvarez Castillo. Luego de la polémica originada a raíz del video que muestra cómo arrojaron un cordero –que suponía era un chancho– desde un helicóptero a la pileta de su casa en José Ignacio, el empresario regresó a Buenos Aires para continuar con sus negocios. El jueves pasado fue abordado por PERFIL en Pony Line, el bar del Four Seasons donde se reunió con Hernán de Laurente, su ex cuñado Juan Cahen D’Anvers y dos personas más. “No voy a hablar, todo lo que tenía que decir lo dije ya en la Justicia”, expresó allí a PERFIL.  Ayer por la tarde, sorpresivamente, habló su amigo,el empresario Pacha Cantón, señalado en los últimos días como el responsable del incidente en cuestión: “Yo tiré el cordero (desde el helicóptero), intenté hacer una broma que salió mal y pido perdón”.

La declaración la hizo el martes en la Dirección Nacional de Aviación Civil de Uruguay en Montevideo, pero fue ayer por la tarde que se hizo pública. En su declaración, Cantón confirmó que el jueves 9 de enero él arrojó a la pileta un cordero criado en uno de sus campos y que lo hizo a bordo del Robinson 44. Según su declaración lo acompañaba el piloto Carlos  Cano. También contó que le había anticipado a la familia de Alvarez Castillo cómo pensaba llevar el animal.

Con esta declaración se rompió el pacto de silencio entre Alvarez Castillo y Cantón y pone en dudas lo que vino sosteniendo de forma contradictoria el dueño de Etiqueta Negra, que sin dudas tuvo más de un dolor de cabeza con este episodio. “Va a tomar medidas contra las cosas que se dijeron sobre él”, expresó  a PERFIL una persona del entorno cercano. “Federico quedó extenuado con toda esta cuestión, pero sigue su vida”, agregaron.

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El chancho-gate dejó algunas esquirlas. Para hoy a las 17 está previsto un repudio que se hará en un local del Alto Palermo. “Repudio a Federico Alvarez Castillo”, reza el flyer que circula en redes. “Por favor, asistir con indumentaria negra”, se agrega.

Fueron varios los que esta semana tomaron su postura frente a este hecho. “Informamos que a partir de este momento cesamos en la realización de acciones promocionales en conjunto con Etiqueta Negra”, avisó ayer la marca Jeep en redes sociales. Por otra parte, un local de Etiqueta Negra de la ciudad de La Plata tuvo un escrache con pintadas sobre su fachada.  El episodio, que hizo recordar a Julieta Prandi a los vuelos de la muerte y que generó una curiosa reflexión de Amalia Granata en relación con el aborto –“Si un empresario arroja un chancho desde un helicóptero es repudiable por todos, pero si un médico arroja a un bebé a la basura para algunos es salud pública”, escribió en Twitter–, complica la imagen del empresario, aunque a nivel judicial ya es una anécdota de verano. “Una broma entre ricachones, no fue más que eso”, expresó a PERFIL un jefe policial del Departamento de Maldonado. “No hay existencia de delito, si el cordero hubiera herido a alguien sería otra cosa”, explicaron.

También expuso en redes su opinión sobre el asunto a horas de viralizarse el video los titulares de la empresa que compraron Paula cahen D’Anvers, la firma que lleva el nombre de la ex mujer de Alvarez Castillo. “PCDA SA dueña de la marca Paula Cahen D’Anvers comunica que repudia fuertemente el hecho de público conocimiento de violencia contra los animales realizado por el señor Federico Alvarez Castillo. Cabe aclarar que el señor fue desvinculado de la marca hace más de veinte años por numerosas irregularidades que generaron acciones legales en su contra. De allí que este hecho repudiable no nos sorprenda”, rezaba el comunicado.

Versiones. Las imágenes del cordero cayendo en el agua, grabadas por el hombre de negocios o por alguien de su familia, derivaron en la apertura de una causa judicial a cargo de la fiscal de Maldonado Ana Dean. Según reveló la funcionaria, en la declaración que brindó Alvarez Castillo en un primer momento aseguró que estaba con su familia en el domicilio cuando escuchó un fuerte estruendo. Al salir al jardín se encontró con el animal en la pileta. Fue así como decidieron sacarlo del agua, asarlo y comerlo. Esos dichos se contradicen con los vertidos anteriormente por él y su mujer, Lara Bernasconi, quienes aseguraron en un primer momento no saber quién lo había arrojado y calificaron el hecho como un “acto vandálico” y una “broma de mal gusto”.

En un comunicado hablaron también de un acto aberrante que los llevó a un gran desconcierto por una broma de muy mal gusto. “Repudiamos este tipo de acciones, y estamos trabajando para que se esclarezca de inmediato esta situación”, finaliza el texto publicado.Bernasconi dijo a su vez que alguien les había tirado un cordero desde un helicóptero: “Nosotros no tenemos nada que ver con esta situación”. Habría incluso un mensaje de audio que la ex modelo les mandó a sus amigos donde ella invita a comer un cordero “que iba a caer del cielo”, aunque esta versión no fue confirmada.

PERFIL intentó comunicarse con Bernasconi pero no respondió los llamados. A su vez Alvarez Castillo dijo después, contradiciendo su primera versión, que el cordero lo sacó él mismo del agua y lo regaló. “Me consta que fue cocinado y comido por un grupo de trabajadores”, le dijo el empresario a un grupo de amigos.

Todas estas declaraciones, oficiales y no oficiales, quedaron ahora en off side con la declaración de Pacha Cantón que trascendió ayer.

La Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (Dinacia) y las fuerzas armadas uruguayas iniciaron una investigación de oficio sobre este episodio ya que no tiene plan de vuelo registrado debido a que es habitual que durante el verano haya personas que despeguen y aterricen en sus chacras para realizar trayectos cortos sin cumplir con las formalidades que estipula la ley.

Según trascendidos, el hecho comenzó a gestarse durante una conversación informal que mantuvieron Cantón y Castillo, donde el primero lo habría invitado a compartir una comida. “Juntémonos, hagamos un cordero, quedate tranquilo que yo lo consigo y te lo mando en Uber”, le habría prometido. El “delivery” se hizo.  

Lo que quiso ser una broma  –según la confesión de Cantón–, terminó siendo un escándalo. Para muchos, el escandalo de la temporada de verano esteño 2020.