El Reino Unido tiene, oficialmente, nuevos monarcas. Luego de una jornada histórica, hoy se celebrará la “gran comida de la coronación” y un concierto al que se prevé que asistirán unas veinte mil personas y en el que actuarán Katy Perry, Lionel Richie, Take That y Andrea Bocelli, entre otros. Y mañana, feriado para cerrar los tres días de festejos que para celebrar la primera coronación en el Reino Unido desde 1953.
Más allá de lo que genera una institución como la monarquía, los rituales que formaron parte de la coronación propiamente dicha, generaron una curiosidad tangible en las mediciones de audiencia de casi todas las cadenas de noticias que ayer transmitieron en directo la unción de Carlos III y Camila como nuevos reyes del Reino Unido. Este rito se realiza en la abadía de Westminster desde 1066 y, en este caso, se aplicaron algunas pequeñas modificaciones. De hecho, Carlos III asistió a la coronación de su madre Isabel II, un hecho único en la historia de los Windsor. Él tenía 5 años; su madre, 27. Ella reinó siete décadas; él recién comienza.
En Argentina también. En Buenos Aires, en la sede diplomática británica ayer también se celebró la coronación del rey Carlos III, con la embajadora Kristy Haye como anfitriona. En su discurso, Haye dijo: “Setenta años atrás, ningún ser humano había pisado la Luna; ningún país había votado aún a una mujer para estar al frente de su gobierno. Y ni Argentina ni Brasil ni Inglaterra sabían aún lo que era ganar una Copa del Mundo. En ese mundo que ya no existe, el Reino Unido había tenido su última coronación. Hoy, en una ceremonia que combinó la esencia de las tradiciones con el espíritu de los nuevos tiempos. (...) La coronación se realiza en la Abadía de Westminster desde el año 1066, y cada elemento tiene un simbolismo muy potente. Junto con los rituales antiguos, se mezclaron toques modernos y personales que reflejan el papel del rey Carlos III en la actualidad y su mirada hacia el futuro”. Según ella, Carlos III quiso que la coronación “sirviera para promover sus pasiones: juventud, comunidad, diversidad y sustentabilidad”.
Y también se apoyó en un video para recordar la visita a la Argentina, en marzo de 1999, del entonces príncipe de Gales. Y para acercar más la distancia oceánica que separa Argentina del Reino Unido, Hayes apeló a la gastronomía y se sirvió la “Quiche de la Coronación” preparada según la receta del chef real Mark Flanagan; y en el brindis, se sirvió el espumante inglés Nyetimber, traído especialmente desde Gran Bretaña.
