Desde hace unas 72 horas aproximadamente, las agencias de noticias internacionales suben con ostensible profusión imágenes que reflejan la vida de Jacques Chirac, político galo que fue primer ministro, alcalde de París y finalmente presidente de Francia de 1995 a 2007.
Periodísticamente, esta situación denota una preocupación y hasta una certeza de que la internación de Chirac, de 84 años, es por algo más grave de lo que se supuso en un primer momento. Según informó la familia, el ex presidente ingresó al hospital parisino de la Pitié-Salpêtrière por una infección pulmonar el sábado 18 de septiembre. En su edición digital, el diario Le Parisien informó que a Chirac lo habían trasladado a París desde Marruecos en un jet privado de la familia real de ese país, donde se encontraba de vacaciones, en la localidad costera de Agadir.
Chirac ya había sufrido un accidente cerebrovascular en 2005, es decir, siendo aún presidente. Nueve años después tuvo una internación, y al poco tiempo, al ser consultada por los medios franceses su esposa Bernadette reconoció que Chirac sufría pérdidas de memoria ocasionales y que pocas veces hablaba en público. Finalmente se supo que padece anosognosia, una enfermedad neurodegenerativa similar al mal de Alzheimer. Hace un par de años Bernadette fue acusada por comensales de un restaurante donde la pareja almorzaba de destrato público y manifiesto por parte de ella hacia su marido.
Hoy la salud parece afectar a ambos, ya que ella debió ser ingresada en el mismo hospital que su marido hace 48 horas. Su familia informó que se debe a que Bernadette necesita reposo y recuperación tras haber estado asistiendo a su esposo durante los últimos días.
