Provocativa, sexy y desafiante. Así se muestra ante miles de seguidores a quienes les dedica cada uno de sus posteos y con quienes tiene una relación de amor-odio. Allí, muestra cada uno de sus nuevos tatuajes, expresa sus emociones más intensas y exhibe su vida. Todo en una imagen, con opción a filtros, a través de la cual miles de seguidores se adentran en su vida y quieren tener sus mismos dibujos, pasear por las mismas ciudades y hasta probar las mismas comidas que ella. Porque ahí, en Instagram, Cande es una Instagrammer Nivel Dios. Al menos, así piensa MTV Latinoamérica, que la puso en el olimpo junto a otros “dioses” como Lali Espósito, Julián Serrano, Flor Vigna, Franco Masini, Lucas Castel, Charlotte Caniggia y Mica Viciconte. Cada uno en su estilo, son considerados por la cadena de tevé y música como dioses en el mundo digital y compiten en la misma categoría por un premio que se entregará el 4 de junio en México, en lo que para muchos es un juego y para ellos, todo un negocio y más que rentable.
La clave es llegar a ser Dios.
Si se logra, un posteo puede costar desde 3 mil pesos hasta 70 mil aproximadamente. Es que en la era de lo digital y del consumismo, los instagrammers venden, y más que cualquier publicidad, en un medio tradicional. Expertos consultados por PERFIL coincidieron en que éste es un mercado nuevo que se está abriendo desde hace unos años. Y está claro: cambió el paradigma de la comunicación. El paradigma de la celebrity, del actor “ya fue” dirían estos milenians. En la actualidad rige el human to human. Las mejores vidrieras son las humanas, las que hacen que el consumidor sienta empatía. O sea, chicos y chicas comunes, que se destacan en lo suyo. “Yo no canto ni bailo ni nada... soy más bien como una amiga que le recomienda algo a otra amiga. Y eso da confianza. En cambio, cuando vos ves a un famoso que te recomienda algo, sabés que cobra por eso. Y no es tan confiable”, explica una instagrammer.
Y eso se paga. Para determinar cuánto, existen agencias especializadas que se dedican a hacer sondeos y relevos. “Hoy hay muchas herramientas detrás de este negocio. Existen agencias que miden el engagement (grado de interacción) y la cantidad de seguidores orgánicos (reales no pagos), y eso cuenta mucho a la hora de cotizar. Por ejemplo, Luisana Lopilato tiene muchos seguidores pero no tiene tanto engagement. Es una ecuación. Entonces servirá para algunas marcas, pero no para otras. Aunque existen marcas que son muy impulsivas y contratan a alguien porque les gusta sin hacer el estudio de mercado. Como es un medio nuevo, lo hacen por snobismo. Pero hay que escuchar a la gente y lo que quiere, eso te da poder. En este medio no se puede imponer nada sino potenciar”, advierte Marcelo Sorzana, director de Surreal Marketing. Al tiempo que aclara que los montos a pagar por posteo son muy relativos. “Es un mercado elástico. Y en general no se trata sólo de un posteo sino de una estrategia integral de comunicación.”.
En líneas generales, tres posteos suelen pagarse hasta 15 mil pesos. Y en este mundo, una foto es lo más barato, un boomerang es un intermedio y un video que lleva producción y contenido es lo más cotizado. En general, las marcas piden un combo y hoy se usan mucho las stories. Aunque también existen los que lo hacen “de onda” porque realmente les gusta el producto, o por “canje”.
Diego Diamante, de Grupo Mass, explica que la cifra también tiene que ver mucho con el personaje. “Nosotros como agencia los dividimos en tres grandes grupos. Los famosos, que tienen seguidores por su apellido, por aparecer en otros medios, y lo aprovechan. Luego están los influencers, que no son famosos, pero tienen un contenido atractivo y son los que todas las marcas quieren contratar porque hacen que las recomendaciones sean más naturales. Y además, tienen un gran sentido de la estética, venden un estilo de vida, son muy seguidos y tienen mucho engagement y sus seguidores confían en sus recomendaciones. Y por último, están los blogueros, que dedican su vida a los posteos, viven para sus redes y amplifican toda información. Y en esta lista, los famosos son los que más cotizan porque cumplen todas las funciones” .
Aunque aclara que “mucho depende de la estrategia de la marca, hay algunas que prefieren ligarse a nombres fuertes y otras, que el mensaje parezca más natural y que no se note que hay una activación de marca, y ahí es donde ganan los influencers”. La clave “está en el know how, en investigar qué es lo mejor para la marca, y también será lo más caro”, suma Sorzana.
“Las redes sociales son la mejor publicidad”
Las redes fueron de gran ayuda. Sin querer, se me fue armando una “comunidad” de seguidores fieles que, al margen de ver las recetas, también se involucran en mi vida. Claro que todo tiene un límite. Abrir las puertas viene con críticas también, y afectan. El anonimato del usuario le permite opinar, sea bueno o malo. Hoy en día, las redes sociales se usan para todo, y creo que son la mejor publicidad para cualquier producto, todos tienen acceso a un celular. Así es como surgen nuevos trabajos y toda una industria con premios, fanatismo por los instagrammers y mil cosas. Yo muestro un perfil de mujer joven emprendedora que tuvo un sueño de abrir una pastelería y, a través de redes, surgieron muchas propuestas lindísimas. A lo largo de estos dos años, me separé, me mudé sola, estoy grabando un programa, escribiendo en distintos lados e hice testigo a toda la gente hasta donde yo quise. Y recibí mucho amor y me transformé en un personaje querido en Instagram.
*@Valuramallo instagramera de cocina y viajes.