“Estimada señora. Quiero pedirle sinceramente perdón por toda la angustia y mortificaciones que ha sufrido”. Así, tratándola de usted y por escrito, y luego de una semana de silencio, donde además, no se lo vio por ningún lado –el ahora ex presidente de la DAIA, Ariel Cohen Sabban– le hizo saber a Esmeralda Mitre su arrepentimiento.
“Los desgraciados sucesos que son de dominio público han resultado, también, sumamente dolorosos para mí y para mi familia. Tengo que reunir fuerzas para poder proseguir con mi vida. Estoy devastado anímicamente”, dice Cohen Sa-bban, en su breve escrito, despidiéndose con saludo atento.
Lejos quedaron ya las declaraciones que hizo Esmeralda Mitre el pasado lunes, cuando contó en un programa de radio que Cohen Sabban la había visitado en su casa para pedirle 80 mil dólares con el objetivo de financiar un viaje con estudiantes a Alemania, y donde también –según describió–, la abrazó, la quiso besar y le tocó un pecho. Sí, ella hizo ayer pública su respuesta. “A pesar de todo mi sufrimiento, como no me anima ningún resentimiento ni deseo de venganza, he decidido dar por concluido el episodio y mirar hacia adelante. Quiero también manifestar que la desagradable circunstancia que me tocó vivir no altera la alta estima que tengo por la comunidad judía y sus instituciones”, dije Mitre en su tuit.
Polémica. Esmeralda Mitre fue convocada a la DAIA luego de sus declaraciones periodísticas donde cuestionó la cantidad de víctimas del Holocausto. “No fueron tantos”, había dicho, haciendo también otras reprochables declaraciones referidas al número de desaparecidos de la última dictadura argentina. En ese encuentro, del que participaron nueve dirigentes de la DAIA, coordinaron que ella debía ir al Museo del Holocausto. “Yo estaba muy angustiada, entonces Cohen Sabban me llevó a un cuarto, me abrazó y me dijo que me quedara tranquila porque de ahí iba a salir como una heroína. Luego me dijo que lo mejor sería seguir la conversación al día siguiente en mi casa. Algo que acepté”, contó Mitre.
Según su relato, Cohen Sabban llegó a su casa, se sentó en un sillón y le pidió que ella se sentara a su lado. “Me siguió abrazando cada vez con más fuerza y me dijo que para pagar el daño de mis dichos además de ir al museo, tenía que viajar a Alemania con diez o 12 estudiantes para ir a visitar campos de concentración”. Luego, siempre según contó, Cohen Sabban la volvió a abrazar tocándole un pecho e intentando besarla en el cuello y la boca. “La situación se había puesto violenta y él en un momento me dice: ‘Quedate tranquila que no te voy a garchar’. Una situación muy desagradable”, relató la actriz.
Internas. El sábado pasado la DAIA comunicó que había pedido la renuncia a Cohen Sabban, hecho que se hizo efectivo el lunes siguiente. Su lugar lo asumió el vicepresidente de la entidad, Alberto Indij. Esta semana Cohen Sabban no apareció por su local de la empresa textil que tiene en Once (que pertenecía a su padre). Tampoco atendió su teléfono ni se lo vio en su domicilio de Córdoba al 2700. El lunes próximo habrá una asamblea donde se decidirá cuál es la suerte del resto de la comisión directiva. Fuentes vinculadas a la colectividad afirman que el clima es tenso. PERFIL se comunicó con algunos miembros, pero ninguno quiso hacer declaraciones. Según pudo saber PERFIL de parte de fuentes que representan a la DAIA en el interior, hay una fuerte presión para que renuncie toda la comisión directiva.
Al igual que ese Consejo Federal, un grupo de intelectuales judíos firmó una solicitada donde pide la renuncia de toda la cúpula de la entidad judía, tras las repercusiones por la denuncia que hizo la actriz.