La tranquilidad de Küsnacht se vio alterada por la noticia de la muerte de quien, sin duda, es su habitante más famosa. Al menos, internacionalmente. En ese enclave suizo ubicado al sureste de Zurich, eligió vivir Tina Turner en 1995 cuando se radicó con su pareja, Erwin Bach de hoy 67 años. Con él se casó en 2013 y fue entonces cuando, la cantante renunció a su ciudadanía estadounidense y se convirtió en ciudadana suiza.
En Chateau Algonquin, una propiedad ubicada a orillas del lago de Zurich, murió Tina Turner el miércoles. A las pocas horas, el portón de esa mansión comenzó a llenarse de flores y mensajes, en principio, discretos vecinos de la zona. Con el correr de los días, se sumaron otros. Y hasta Alain Berset, presidente suizo, escribió un mensaje en redes sociales como homenaje: “Con la muerte de Tina Turner, el mundo ha perdido un ícono. Tus canciones y los muchos recuerdos asociados con ellas permanecerán contigo. Mis sentimientos están con la familia de esta impresionante mujer que había encontrado en Suiza su segundo hogar”.
Por su parte, Markus Ernst, alcalde de Küsnacht, habló con los medios sobre Tina Turner. “Por supuesto que aquí estamos todos movilizados por su muerte. Ella estaba orgullosa de ser ciudadana de la comunidad de Küsnacht (...) Acá realmente podía llevar y vivir una vida normal, iba de compras y salía a cenar a restaurantes”, dijo Ernst.
Privado. Al comunicado de su fallecimiento, se sumó uno respecto de la privacidad con la que se llevará a cabo su despedida. Será un funeral cerrado a los invitados por su marido y su entorno. No hay intención alguna de hacer de su entierro un hecho mediático. Incluso cuando al mencionado alcalde lo consultaron si se le haría alguna estatua a Tina Tuner, éste dijo que no, porque ni siquiera cuando ella hizo una donación para iluminar el pueblo una Navidad quiso homenaje alguno.