“Guillermo Vilas fue un ícono y hay que respetarlo”, pidió ayer Agustín Calleri, ex tenista y actual presidente de la Asociación Argentina de Tenis. Ingresar al mundo privado de Guillermo Vilas nunca fue una tarea sencilla. Mucho menos ahora: el símbolo del tenis en Argentina se encuentra en Mónaco con su familia, lejos de la exposición y atravesando una etapa importante de una patología coincidente con un deterioro cognitivo, una cuestión que al parecer lo afectaría desde hace tres años.
“Sabemos que Guillermo está con problemas cognitivos desde hace tres o cuatro años. Tiene momentos en los que está perfecto y otros en los que está algo perdido”, terminó de confirmar esta semana a Olé el periodista Guillermo Salatino. Según allegados al tenista, si bien no se nota tanto físicamente su problemática, se encuentra muy deteriorado. “Su salud mental está peor. Tiene algunos momentos de lucidez, pero no tiene plena conciencia de lo que sucede a su alrededor, incluso ha llegado a desconocer a amigos”, expresaron.
El ex jugador Tito Vázquez fue uno de los primeros en hablar de la salud del ídolo. “Nadie lo dice, pero creo que él tiene un principio de Alzheimer. Y según tengo entendido por gente que me ha hablado, lo han visto bastante mal, pobre”, expresó hace un tiempo. Ante este presente se revisan algunas de las apariciones públicas de Vilas de los últimos años, momentos que parecen hoy tener otra relevancia. Uno de ellos se dio cuando, al ser entrevistado en 2015 en un programa de radio, no pudo recordar la edad de sus hijas ni el nombre de una de ellas. En 2016 fue homenajeado en el Lawn Tennis Club, y algunos testigos recuerdan haberlo visto perdido y teniendo que ser orientado para moverse en el lugar. Desde hace un tiempo que Vilas ya no se lo ve salvo en las redes, lugar donde aparece en el Instagram de Phiang, su esposa, o Andanin, su hija mayor. Tanto Phiang como su familia cercana y colaboradores, son quienes cercan cualquier tipo de filtración pública sobre su estado de salud.