Jorge Lis fue subcampeón de motociclismo en España en 1996 y luego trabajó como coach, editor de audiolibros y manager de pilotos jóvenes. Tenía 46 años y murió luego de permanecer 45 días internado por complicaciones provocadas por el Covid-19. Según su hermana Elena, el ex piloto creía y apoyaba las teorías negacionistas sobre los efectos de la inmunización, y se había negado a vacunarse contra el Covid-19. Pero al ingresar al hospital y agravarse su estado de salud, dicen que se arrepintió de su accionar antivacunas y se lo dijo a su familia.
“Tengo miedo Elena, de que por haber sido un cafre (bruto) ahora no podamos frenar esto”, escribió Jorge Lis por whastapp a su hermana Elena. “Esta semana ha sido de golpe una de mis mayores lecciones de vida. Pasar mucho tiempo en Twitter, etcétera me había radicalizado al extremo. Ojalá me hubiese vacunado”.
Fernán Quirós y su lección a una Viviana Canosa promotora de mala praxis anti-covid.
Ese whastapp escrito por Jorge Lis lo cedió su hermana Elena a un diario español Levante. Ella relató que él se lo mandó luego de recibir el resultado positivo de la prueba PCR. Eso fue antes del ingreso de Jorge Lis en el hospital La Fe, en Valencia a mediados de julio. A los pocos días le indujeron el coma y el ex piloto pasó su internación en terapia intensiva. Su cuadro era grave por lo que tuvo que ser conectado a una máquina que le oxigenaba la sangre fuera del cuerpo para así dar tiempo que se recuperaran sus pulmones.
Recomendaciones sanitarias para tener en cuenta a la hora de votar en las PASO 2021.
“Este virus es así de traicionero: en cuestión de horas pasó de creer que pronto se iba de alta a complicarse con una gravísima neumonía bilateral”, dijo Elena sobre el cuadro de salud que terminó con la vida de su hermano a los 46 años. “Él (Jorge Lis), que al inicio de la pandemia vivía atemorizado, de repente dio un giro y se contagió de un virus invisible y muy peligroso: el de las teorías que niegan la existencia del Covid o relativizan sus efectos. Escuchaba a presuntos gurúes que presumían de manejar información privilegiada: datos económicos y sociales fuera del alcance del resto de los mortales, científicos incluidos.”