A veces hay cuestiones que por delicadeza, por educación, por empatía o por evitar una situación incómoda no se preguntan. También, de hacerse, pueden derivar en una anécdota donde el consultado, incluso convierte a su respuesta en una anécdota ocurrente y divertida, que se replica por fuera del círculo de amigos. Esto es lo que le sucedió a Gino Bogani.
Hace unos días, el diseñador fue uno de los invitados especiales de Elina Costantini –junto con Mirtha Legrand, Susana Giménez, Graciela Borges– al cierre de Semana Alta Costura (SAC) que se realizó en lo que usualmente es el garage subterráneo del Museo de Arte Latinoamericano Buenos Aires (Malba). Ese cierre fue un homenaje a cuatro diseñadores argentinos ya fallecidos y modelos de ayer y hoy, desfilaron sus creaciones para dar cuenta de ese legado a la moda nacional.
Cuando estaba casi colmado de invitados el mencionado subsuelo del museo, llegó Gino Bogani en una silla de ruedas y acompañado por dos personas. A medida que atravesaba la extensa primera fila hasta llegar al lugar asignado junto a las divas mencionadas, como en una coreografía espontánea, la gente se codeaba para verlo pasar y un signo de interrogación se dibujaba al unísono en todos los rostros. Sí, todas las variables obvias al ver a una persona de cierta edad y en silla de ruedas se ensamblan para inferir una misma respuesta.
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Por qué Gino Bogani fue en silla de ruedas a la Semana Alta Costura
Pero como muchas veces suele suceder, en el caso de Gino Bogani, esas deducciones sin información certera, nada tenían que ver con la realidad. Una que contada por el propio Bogani –con ese decir tan característico suyo– podría usarse en un monólogo de stand up. El motivo que llevó al diseñador a utilizar una silla de ruedas fue laboral. Esto es, él estaba en la etapa final de la confección de un vestido de novia que una clienta argentina usaría en su ceremonia de casamiento en la Iglesia de Sant’Anna dei Palafrenieri, que está en el Vaticano.
Para Gino esa situación sumaba dos motivos de orgullo: la primera, que su clienta esté satisfecha y se vea perfecta; la segunda, convertirse así en el primer diseñador argentino que viste a una novia para una boda en esa particular iglesia. En medio de ese “final de obra”, Gino Bogani se enreda con los metros de cola de vestido y cuando se da cuenta, pierde el equilibrio y cae tan fuerte que se lastima seriamente una pierna. El resultado. silla de ruedas, adiós viaje a la boda en iglesia vaticana, y grabación de un tutorial por Whastapp para que la novia y quienes la asistan en Italia, sepan cómo colocar esos detalles que Gino Bogani pone en sus vestidos para que sea una novia instagrameable.
EI / ED
