Más allá de las tiaras y los vestidos de gala, las princesas contemporáneas llevan una vida sorprendentemente común, similar a muchas chicas de su edad. Ingrid de Noruega, quien recientemente celebró el 18º cumpleaños de Christian de Dinamarca en una cena a la que asistió, no es una excepción. A pesar de que no pasó desapercibida en la misma mesa que la reina Margarita II, Ingrid es mucho menos reconocible en las calles de Grünerløkka, el barrio de Oslo al que se mudó para tener una vida "normal".
La heredera al trono optó por dejar atrás el palacio real y llevar una vida más ordinaria. La joven heredera decidió residir en una animada zona de la capital noruega, que es conocida por ser una de las más modernas y juveniles de la ciudad. Situada a lo largo del río Akerselva, esta área está repleta de tiendas y bares de moda, es famosa por sus artistas callejeros y tiene un ambiente hipster, lo que la convierte en un lugar de encuentro nocturno para jóvenes.
Esta elección se ajusta perfectamente a la edad de la futura reina, quien también comenzó a trabajar después del verano. Después de completar sus estudios en el instituto Elvebakken en abril pasado, Ingrid ahora trabaja como asistente escolar en el colegio Uranienborg, el mismo colegio de primaria al que asistió de niña. Sin embargo, este empleo solo durará unos meses, ya que la Casa Real anunció que en enero de 2024, la princesa comenzará su carrera militar, siguiendo un camino similar al de su padre, el príncipe Haakon, cuando tenía su edad.
Ingrid de Noruega, una educación aventurera
Ingrid de Noruega dará inicio a su formación militar con un primer año en el Batallón de Ingenieros de la Brigada Norte, lo que la llevará a la pequeña base de Skjold, situada en la localidad de Øverbigd, en Finmark. Este paso representa un momento significativo en la vida de Ingrid, un camino compartido por otras futuras reinas europeas como Elisabeth de Bélgica y la princesa Leonor, quienes también se están preparando para liderar las fuerzas armadas de sus respectivas naciones.
La vida de Ingrid de Noruega no sigue las convenciones típicas de la realeza. Además de su educación poco convencional, demostró sus intereses y habilidades inusuales para una futura heredera al trono, como su amor por el surf y su habilidad en el kickboxing. Su estilo de vestir refleja su espíritu aventurero y no convencional, optando por conjuntos que incluyen pantalones militares y combinaciones únicas de ropa formal con zapatillas deportivas blancas informales.
Además, Ingrid rompió las normas reales al hacer pública su relación con un joven que no proviene de la realeza, sino que es hijo de un abogado llamado Hans Haugstad. Esto la ha convertido en un miembro de la realeza con un perfil moderno y poco convencional, lo que la hace merecedora del título de "la royal más hipster".
JCCL
