Jake Angeli fue “el personaje” que sobresalió de todos los vándalos pro-Trump que tomaron el Capitolio y provocaron que se postergará la confirmación de Joe Biden como presidente. Con torso al desnudo y tatuado y sobre todo con su sobre de piel de zorro y cuernos de bisonte, la imagen de Angeli se replicó mucho más que los videos de destrozos dentro del edificio.
Pero la desazón de Jake Angeli ante la derrota de Donald Trump en las elecciones tiene una “compensación” gracias a la política y la democracia. Y es que de la mano del Partido Republicano, Marjorie Taylor Greene logró una banca como legisladora. Esta empresaria de la construcción de 46 años no usa gorros de piel y osamenta, ella prefiere los fusiles de alto calibre que incluso usó para las fotos de su campaña electoral casi tanto como los carteles de “Women for Trump” (mujeres a favor de Trump).
Marjorie Taylor Greene y Jake Angeli son seguidores fieles de QAnon, el movimiento que postula la existencia de una elite de pedófilos satanistas comandados por Bill Clinton y Barack Obama cuya misión es boicotear a Trump y su lucha por salvar a Estados Unidos y el mundo. Y ese mensaje caló en los votantes que eligieron a Greene como legisladora por el estado de Georgia porque obtuvo el 75 por ciento de los votos.
Greene es pro-vida (sería “celeste” en Argentina) y pro-armas. Cree que los votantes negros son “esclavos del Partido Demócrata”, que hay una “invasión islámica contra Trump”, y afirmó que hace cuatro años Barack Obama contrató a dos sicarios mara para que asesinaran a un integrante del Comité Nacional Demócrata. En su primer spot de campaña, Greene se filmó en un vehículo de estilo militar del que se baja con un fusil que usaba para disparar a carteles que decían “Fronteras abiertas” y “Socialismo”.
Para Trump, Marjorie Taylor Greene es “la futura estrella republicana”. Y ni siquiera le preocupa que sea una fiel seguidora de la secta QAnon porque para el -por ahora- presidente, esas personas son “gente que ama a Estados Unidos”. Greene ha sido recíproca a ese apoyo de Trump: pregona el fraude electoral y el robo de la elección, postea mensajes señalando que condena la violencia en el Capitolio pero los responsables con grupos Antifa respaldados por gente como la nueva vicepresidenta Kamala Harris. Y por supuesto, recalcó que “todavía Trump presidente aunque el Cartel de Silicon Valley lo haya bloqueado”.
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