Mi primer encuentro con él fue a través de Chi Pío, que salía en Billiken; y ahí se publicaba la tira originalmente. El siguiente encuentro fue a través de la tele con Hijitus y todos sus personajes. ¡Cómo esperaba la llegada de esos dibujitos! De todos ellos, el que más me gustaba era Larguirucho, el tonto de buen corazón, con el que me sentía indentificado. Hijitus terminó en 1974 y en esa época yo era un adolescente que quería dejar la infancia atrás y empezaba a interesarse en otros autores como Quino, Fontanarrosa, Crist y Cognini. Creo que su aporte es enorme. Por un lado, la riqueza y audacia de sus personajes. Por otro lado, hizo mucho por desarrollar en nuestro país una industria de la animación que, después de él, aún no logra encontrar su camino. Me parece muy valioso que haya creado personajes vinculados al mundo de las ciencias exactas como el Dr. Neurus y Calculín. Todo lo que se haga para acercar a los chicos a las ciencias es valioso. Mi personaje Andy tiene un peinado parecido al de Calculín. No hablamos mucho; él era muy discreto y me daba verguenza acercarme a hablarle. Además, tenía la fantasía de que no sabía a qué me dedico. Las pocas veces que nos encontramos fue en la inauguración de alguna muestra.
*Humorista gráfico e ilustrador.