PERFIL se comunicó con distintos centros y asociaciones budistas de Argentina, que opinaron sobre las “limpiezas energéticas” que mandó a hacer Macri. Kelsang Rinchung, maestra del Centro de Meditación Kadampa, desconoce totalmente esta práctica como relacionada con el budismo. Rinchung explica que el budismo tiene muchas ramas o “linajes”, razón por la cual otros budistas podrían practicar ritos que ellos no. “Hoy el budismo está de moda y hay una modernización de todas las religiones que hace que se confunda mucho lo esencial de la religión budista”, explica. Ven Thubten Kundrol, coordinadora del centro Yogi Saraha Study Group, una monje budista ordenada en Nepal, reconoce la existencia de la figura del “armonizador”, pero sostiene que las armonizaciones sólo pueden ser realizadas por lamas ordenados, es decir, monjes tibetanos. Cuando se le pregunta sobre la “armonizadora budista” del Presidente, sostiene que esta persona, al ser laica y no hacer esto de manera oficial, solamente logrará una armonización más suave del espacio y no dará resultado profundo. “La práctica no está restringida, por lo que cualquier persona puede hacer el ritual y sólo necesita usar cuencos tibetanos, mantras e incienso”, grafica. Según Ven Thubten Kundrol, en Argentina no se hacen armonizaciones reales de espacios como casas o empresas, ya que los monjes que las pueden realizar para que sean verdaderamente efectivas viven en el Tíbet, Nepal e India.
Alberto Puglisi, fundador de la Asociación Budistas de Argentina, también sostiene que esto sólo puede ser realizado por un monje llamado “lama”, discípulo del Dalai Lama, y no “un chanta de la nueva era”. Para las bendiciones se emplean instrumentos tradicionales: dorje, campana, damar, trompetas y címbalos.