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hacedores de un exito

Los creadores de ‘Farsantes’: “No pensamos en el rating”

Carolina Aguirre y Mario Segade trabajan juntos por primera vez. Ella fue autora de Ciega a citas; él, de Resistiré y El puntero. Cómo es escribir para un elenco de estrellas.

Accion. Carolina Aguirre y Mario Segade.
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No es la casa de ninguno de los dos pero a esta altura podría serlo. Tampoco es una oficina compartida aunque allí pasan hasta 18 de las 24 horas que tiene el día. El lugar elegido por los guionistas de Farsantes, Mario Segade y Carolina Aguirre, para cocinar el éxito de El Trece es un bar. “Cambiamos cuando se acaba el menú. Ya llevamos tres bares recorridos”, dice ella, que es más histriónica. Aunque como empujando las palabras que luego le salen a borbotones, aclara: “También trabajamos desde nuestras casas y tenemos reuniones en la productora. Pero estamos más acá”.

Un sillón rojo ocupa el centro de la escena, una mesa para cuatro, luz cálida y aroma a hogar. Ese es el “acá”, donde minutos antes de la llegada de PERFIL Mario le decía a su “socia”: “Alberto come mucho”. Ella, entonces, le respondió: “Yo te digo que ese chico está mal”. Pero Alberto no es un amigo, es Facundo Arana. Para ellos, sus personajes cobraron vida. Algo que, dicen, roza el delirio.
—¿Cómo se gestó “Farsantes”?
AGUIRRE: Teníamos una imagen: dos personas gays que se casan, un buffet de abogados, y a Julio Chávez.
—¿Creen que la historia seduce porque hay una pareja gay?
A: No escribimos desde ahí, sino lo que tenemos ganas y sentimos.
SEGADE: Es una posibilidad, pero es una historia con mucha verdad y eso atrapa. Estos abogados no son los de trajes impecables e infalibles. Son más reales, algo perdedores, tienen una parrilla en el estudio…
—¿Cómo se hace para escribir a todos actores de primera línea?
S: No tratamos a ningún personaje como secundario. Eso y mucho trabajo. Nos preguntamos: “¿Qué le pasa a esa chica?”. No buscamos que le pase algo que nos sirva sino que le pase de verdad..
—¿Hay algo que aporten de sus respectivas vidas personales?
A: Casi nada de la realidad sirve para la ficción. El derecho va por un camino; la ficción por otro. Sí se nutre del mundo de los abogados, pero podrían haber sido verduleros.
S: Se trata de comprar la convención y tener actores que las hagan verosímiles, y eso alcanza.
—¿Cómo es la dinámica de trabajo?
S: Todo el tiempo estamos pensando en esto. A las 7 de la mañana estamos trabajando y a las 10 de la noche seguimos acá. Y después hablamos por teléfono. La primera factura de celular fue dramática. Cada capítulo lleva como mínimo cinco días. Es como una maratón.
—Iba a ser un unitario...
A: Era una idea. Igual Farsantes es un programa de autor, hecho artesanalmente. En general, la tira es como cuando hacés chorizos, cortás la tira y listo. Y en el unitario como cuando hacés ñoquis, primero el bollito y luego los ñoquis uno por uno. Nosotros, a pesar de que es una tira, amasamos uno por uno.
—¿Los actores les piden algo para sus personajes?
S: No, confían mucho. Saben que nosotros queremos que todos se luzcan y se predisponen bien. Facundo, por ejemplo, es nuestro soldado; es el quien en el programa tiene una cuestión corporal más activa. Nos ha venido a ver y, mirándonos fijo, nos ha dicho: “Yo hago cualquier cosa, eh”.
—¿Cómo es escribir para Griselda Siciliani, la mujer del jefe (Adrián Suar)?
A: Eso es una fantasía, no existe. Además, funciona al revés: nosotros escribimos y ellos se enteran de lo que va a pasar cuando tienen los libros.
—¿Suar les pide algo en especial?
A: Adrián entra a todas las reuniones. La gente piensa que todo es más armado. Y no, es un caos. Viene y atrás de él un asistente de piso de Solamente vos, que le hace gestos de que no tiene tiempo, entra la encargada de casting para avisar algo ...Y en el medio de eso, nosotros le contamos el libro y se lo actuamos.
—¿Cómo es la química entre ustedes?
S: Es una relación muy intensa. Pero estoy feliz de laburar con Caro. Podríamos estar cada uno en su casa y trabajar por Google Talk y saldría todo, no igual, pero sí aceptable. Descubrí en ella una mujer con un talento increíble, muy comprometida y “obse” como yo. Pensamos todo en términos de tragedia y en este compartir una mirada apocalíptica hacés unión. Obviamente, también nos peleamos: portazos y cortes de teléfono incluidos.
—¿Les importa el rating?
A: Seguimos el minuto a minuto. Y si pudiéramos, el milisegundo también. Además miramos mucho el Twitter de Farsantes y así percibimos lo que dice la gente. Ahí notamos si vieron el guiño que le hicimos. Eso es lo más lindo.
S: De todos modos, el rating no es una medida de valoración artística. Es un número que nos representa masividad y está bueno, pero no escribimos pensando en el rating.
—¿Cómo hacen con sus vidas personales?
S: Mis hijos me bancan. Pobres santos, los hago cenar cada vez más temprano para escribir.
A: Yo soy muy adicta al trabajo. Aunque me gusta cocinar, ya no tengo tiempo; desayunamos y almorzamos en el bar. Es nuestro despacho y gritamos como locos todo el santo día.
S: Yo sé cómo son las escenas, las veo, las imagino… y escribimos desde ese lugar. Hasta hago las voces de los actores.
—¿A veces Julio Chávez parece repetir gestos de “El puntero”?
A: Para nada; él tiene un gran nivel de detalle: lee libros de derecho, ha ido a juicios, está muy metido en la historia.
—¿Benjamín Vicuña finalmente se va de “Farsantes”?
S: No, no se va. Y si se hubiese ido hubiéramos tenido que buscarle la vuelta de modo que no se sienta en la historia.

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