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Lucas Jinkis, el creativo que hizo viral a Tombolini

El economista saltó a la política y su amigo le armó una campaña bizarra que lo posicionó en redes.

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Desafío. Jinkis hizo que Tombolini paso del 28% al 45% de “popularidad”; lograr votos es la meta. | cedoc

“Estoy como un mileniam”, anticipa mientras camina en la cinta y se excusa: “Son meses de mucho trabajo. Pero el deporte para mí es terapéutico. A veces juego al fútbol, aunque soy muy malo, y al tenis también. Y Tombo hace vóley. Para mí lo llaman porque es alto”. Quien dice estas frases que develan la complicidad existente con Matías Tombolini, primer candidato a diputado del frente Avancemos hacia 1País Mejor en la Ciudad, es Lucas Jinkis, el creativo detrás de los spots que ubicaron al economista en carrera hacia las próximas elecciones del 22 de octubre.

“Tombo está peor que yo. Duerme cuatro horas, vive conectado, milita, da conferencias... La política te consume mucho tiempo. Igual para los que lo conocemos, éste era su camino natural porque siempre tuvo vocación de servicio”, explica Jinkis, quien conoció al economista trabajando en el sector privado y hoy es el mentor de su campaña viral desde su agencia de publicidad.

—¿Cómo define trabajar con Tombolini?

—Como un desafío, porque me llamó apenas 45 días antes de que se cierren las inscripciones a las PASO, y me pidió que lo acompañe en este camino lleno de candidatos con trayectoria.

—¿Eso es bueno o malo?

—Es muy lindo  y motivador para nosotros. Trabajar con un candidato que se expone, que no es conservador, que provoca y tiene contenido para bancarse el debate que surja de la confrontación es muy bueno. Y la razón por la cual le propusimos una campaña disruptiva  y así abrir conversaciones sobre temas que no se estaban tocando.

—¿Cuánto subió su nivel de conocimiento?

—Cuando arrancamos tenía un 28% y ahora está en 54%. Eso no garantiza que te voten. Pero si no te conocen, no te votan. Sabemos que no arrasó pero depende de dónde se lo mire. Si tomamos en cuenta que arrancó 45 días antes no está mal. El desafío ahora es seguir creciendo.

—¿Cómo se definieron los guiones?

—Analizamos el panorama y vimos que durante las PASO hubo 59 mil horas de spots de TV, que junto con la radio y los otros medios se vieron saturados de un mensaje en el que no se dijo demasiado cuando más del 40% de la gente en la Ciudad no llega a fin de mes. Entendimos que necesitábamos pegar con un mensaje fuerte y fue: “La plata no alcanza”.

—¿Esperaban que viralizara?

—Es lógico que en un panorama de saturación de mensajes parecidos, una campaña distinta sobresalga en comparación a imágenes de candidatos abrazándose. Las ideas frescas generan viralización.

—¿Cuál fue el spot que más se vio?

—El hit fue el de la cocina en el que criticaron las dos heladeras. No esperábamos tanta viralización. Y respondimos rápido. Al día siguiente hicimos una conferencia de prensa en la misma cocina para hablar de lo que en verdad importa. Nos pareció bien mostrar la cocina real donde vive él porque es mostrar honestidad y transparencia. Y por otra parte, ese video nos permitió que Matías llegue a medios de comunicación tradicionales.

—¿Cuántas vistas alcanzan los videos?

—Diez millones cada uno entre los canales de Matías y los “compartidos”. Vos pensá que un punto de rating son 90 mil personas.

—¿Le molesta que algunos califiquen de bizarros los spots?

—¿Qué es bizarro? Si es una estética que nos ayuda a abrir conversaciones y hablar de lo que queremos hablar, bienvenida. La mayoría de la gente tomó la campaña con humor y buena recepción.

—¿Tuvieron miedo de que el hecho de que usted sea el primo de Mariano Jinkis (Fifagate) pudiera perjudicar al candidato?

—Eso fue hace tres años, se rechazó la extradición. Y si bien es mi familia cercana nos desenvolvemos en campos laborales muy diferentes. Estoy muy lejos del fútbol. Y tengo un fuerte reconocimiento en mi área. La gente de la industria no nos relaciona. Y con Tombo ni lo hablamos.