Las declaraciones cruzadas y también los silencios que se sucedieron desde la muerte de Gustavo Martínez ayer quedaron fuera de escena. Salvo el registro fotográfico, si algo se dijeron quienes participaron de su despedida en el cementerio de la Chacarita no fue delante de las cámaras. Allí sí quisieron estar presentes Marta y Felipe, los mellizos de Ricardo Fort, a quienes Martínez cuidó por pedido de su amigo desde que este falleciera, en noviembre de 2013. Los adolescentes estuvieron acompañados por Eduardo Fort –uno de los hermanos de Ricardo– y por César Carrozza, abogado que conoce a los chicos desde su nacimiento y que ahora responde por ellos. Carrozza también quedó como tutor legal hasta dentro de unos días, cuando Marta y Felipe cumplan la mayoría de edad. Por otra parte, también estuvieron Pablo y Nicolás, los sobrinos de Gustavo Martínez, además amigos que integraron su círculo.
Nueva etapa. Así, ayer al mediodía se cerró al menos una parte de la tragedia que comenzó en la madrugada del miércoles 16 de febrero, cuando un vecino de la torre de la calle Sucre al 1900 dio aviso del hecho. Gustavo Martínez se había tirado del piso 21 de ese edificio, donde vivía con los hijos de Ricardo Fort. Si bien no hay casi duda alguna de que se trató de un suicido, el caso judicial todavía sigue abierto. Y ese fue el motivo por el que los restos del fallecido permanecerán en el cementerio de la Chacarita. Una vez que la Justicia cierre la causa, su familia manifestó la intención de que el cuerpo sea enterrado en un cementerio de zona norte. El caso está a cargo de la Fiscalía Nacional Criminal y Correccional Número 59, a cargo de Laura Belloqui. Dicha oficina fue la que, en un primer momento, ordenó la intervención a una brigada de la División Homicidios para esclarecer el hecho bajo la carátula aplicable a situaciones de muertes como la mencioanda, esto es, “averiguación causales de muerte”.
De manera coincidente, la mayoría de los medios dieron cuenta de la información de fuentes policiales acerca de de que Gustavo Martínez –de 62 años– estaría atravesando un estado anímico delicado. En medio de un estado emocional entendible dado el terrible suceso, Felipe Fort declaró a la policía –tal como consignó la agencia Télam– que su tutor legal y además para él y todo su círculo un “segundo padre”, hace días estaba deprimido porque los mellizos cumplirían la mayoría de edad. También el adolescente declaró que no sabía si Martínez estaba realizando algún tratamiento psicológico o psiquiátrico. Después otro integrante del círculo íntimo de todos ellos dijo que Gustavo atravesaba una enfermedad degenerativa incipiente y eso probablemente había motivado esa trágica decisión. Y un amigo del gimnasio al que Martínez concurría recordó en comunicación con un programa de canal América que Gustavo le había comentado al pasar que ya estaba con ganas de que los hijos de su amigo fueran independientes. Algo que, al menos legalmente, sucederá a partir del próximo 25 de febrero. Este último testimonio, según pudo saberse, no está incluido en la causa judicial que por ahora está en trámite.
Por esa cuestión fue que recién el viernes después del mediodía los familiares de Gustavo Martínez fueron autorizados a retirar su cuerpo de la morgue judicial y organizar el velatorio. Este se realizó desde las 18 hasta poco más de las 22 en una empresa de Palermo que fue la misma donde se veló a Ricardo Fort en noviembre en 2013. En ese lugar se dieron cita amigos y familiares, y de parte de la familia Fort estuvo el mencionado hermano, y también un sobrino. Se creía que irían también Marta y Felipe Fort, pero si bien esa casa velatoria tiene accesos por dos calles, por la presencia de curiosos y sobre todo de los medios se convino que no participaran.
En shock. César Carrozza, abogado de Martínez y otra persona importante en el universo no mediático que tenía Ricardo Fort, es quien, apenas conocida la muerte de Gustavo, pasó a encargarse de cuidar de Felipe y Marta Fort. También quien al dejar la torre de Sucre ese fatídico miércoles confirmó a los medios presentes la hipótesis de suicidio: “(Gustavo) tomó la decisión de quitarse la vida y es todo lo que podemos decir por el momento. Los chicos están bien”. Marita, la otra persona que cuidó de los chicos desde siempre, estaba de vacaciones y apenas se enteró de lo sucedido regresó y se quedó con Marta quien luego se supo, estaba shockeada. Criados en un mundo de redes, ella posteó: “Todavía no lo proceso, pasó todo muy rápido y yo todavía no entiendo cómo pudiste hacerlo. Yo no tenía ni idea de lo que estaba pasando”. Felipe también hizo un posteo, seguramente también shockeado, y activó declaraciones donde la tragedia quedó de lado. Con las horas, lo borró y, ya más conscientes del terrible hecho, ambos tuvieron una contención que en esos primeros momentos pareció estar ausente.