PROTAGONISTAS
la nueva faceta de luli pop

"Me llamaron hasta jueces para felicitarme por la información que manejo"

Luciana Salazar marca agenda y anticipó cosas como el "cepo cheto" de Macri, así lo definió. Dice que filtra lo que sabe y que la invitan a eventos políticos donde intuye "la quieren operar".

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La influencer politica menos pensada. | movilpress

Si hay algo que a Luciana Salazar nunca le costó es seducir a quien tuviera enfrente. Desde que irrumpió en la TV a comienzos de 2001 con su personaje en Poné a Francella, la sobrina de Palito Ortega se posicionó como un sex symbol, una Barbie exuberante que ganó terreno en una coyuntura de antaño, la que seguramente no aceptaría verla hoy mostrando sus pechos cubiertos por apenas dos stickers con el logo de una importante cadena de televisión. Así lo hizo en 2003 en una participación en los MTV Video Awards Latinoamérica. Hoy MTV no es lo que era. Y Luciana, tampoco.

Corrió mucha agua por el puente: probó con la actuación y la música. Participó en realities, hizo cine y llegó a la conducción de programas.Su relación con el economista Martín Redrado fue comentada de comienzo a fin. Lo mismo ocurrió cuando anunció a los medios que sería mamá por primera vez gracias a una subrogación de vientre. Luciana siguió su paso, hizo oídos sordos. Hoy es madre de Matilda, quien junto a Mirko (el hijo de Marley) atraen a las marcas con cuentas propias de Instagram que suman miles de seguidores. Pero el presente de esta mujer tiene una vuelta de tuerca más: la información política.

De modelo a cronista política: las primicias de Luciana Salazar

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Datos precisos, primicias e intimidades del poder. En esto está ahora Salazar. Desde hace varias semanas, viene brindando información impactante sobre la actualidad nacional. Desde su cuenta de Twitter –tiene más de un millón y medio de seguidores– Salazar marca agenda e impone temas. “AF comió asado en casa de un argentino en el elegante barrio de Aravaca…entre los invitados estaba Tito Fernández ¿Ministeriable?”,  “¿Volvemos al cepo?...Pero lo podríamos definir acorde al PRO ‘el cepo cheto’”, fueron algunos de sus tuits con los que fue observada con atención por algunos y criticada por otros. Luciana se confiesa sorprendida con la repercusión que tuvo esta nueva faceta suya. Aunque muchos no lo saben, la política –contará ella– es algo con lo que convivió desde mucho antes de ser conocida. “Siempre me gustó desde chica. La viví de cerca cuando mi tío (Palito Ortega)estaba en política, de hecho mi padre se dedicaba a la política también. En su momento llamaban a casa políticos que hoy son súper importantes y yo les atendía el teléfono”, cuenta a PERFIL.

—¿Por ejemplo?

—Llamaba gente como (Sergio) Massa o (Horacio Rodríguez) Larreta, y yo atendía, tenía 16 años, ni el colegio había terminado (risas). La política siempre estuvo en mi vida, de hecho me puse a estudiar derecho en la Universidad Católica dos años, se me pasaba en ese momento hacer algo, pero no ocurrió.

—¿Qué pasó?

—La vida me llevó por otros rumbos. Después me puse a estudiar arte dramático, que era lo que me gustaba. A mi padre mucho no le gustó, pero bueno, me fui por ahí. Siempre me despertó interés y curiosidad la política. Tengo un montón de amigos en política, algunos con cargos. Con ellos nos juntamos a charlar, hablamos siempre y me encanta la actualidad.

—¿Qué lectura hacés de la crisis de hoy?

—Está claro que la crisis nos afecta a todos, desde la clase baja hasta la alta, pasando por la clase media que es la más destruida. Vos ves a un (Claudio) Belocopitt quejándose en TV por lo que pasó y tenés a la gente de la clase media que se quedó sin nada. Todos los que tenemos algo de plata, que no nos quedamos sin comer, nos cuesta, pero podemos seguir pagando nuestros impuestos. En la Argentina la gente que todavía está bien piensa más en la corrupción como problemática del país. Pero la gente que se quedó sin nada de un día para el otro, que vivía con lo justo y tuvo que dejar la casa que alquilaba, o tuvo que cambiar sus hijos de colegio, la gente que se quedó en la calle, piensa en el bolsillo, en la economía.

—¿Y quién es la mayoría hoy?

—La gente que está pensando con el bolsillo y está mal. Este gobierno destruyó prácticamente a la clase media.

Tuits. Salazar dispara sus dardos y las redes son un hervidero, algo que, asume, lo tiene controlado. “Las redes son la grieta a flor de piel. Están los trolls macristas que me invaden. El año pasado puse algo referido al Fondo Monetario Internacional y no me dejaron tranquila. Me escribían unas cosas horribles, pero bueno, cosas básicas; son como básicos los trolls”, manifiesta con un dejo de ironía.  

Según explica, desde que asumió su nuevo perfil, sumó más seguidores. Y esto no solo pasa en las redes, sino con la gente del medio. “Me llamaron periodistas de renombre, muchas mujeres a las que yo admiro. Mucha gente de peso importante salió a bancarme. Gente como Marcelo (Tinelli) Después periodistas como Romina Manguel, Nancy Pazos”, cuenta.

—¿Quién te llamó más la atención que te empiece a seguir?

—Economistas internacionales que digo ¡no puedo creer que me sigan a mí! Después de acá mucha gente, Jorge Asís, Julio Bárbaro...

—¿Sentís que te subestimaron ante esta cosa de salir a dar información?

—Obviamente. Al comienzo me recontrasubestimaron y nigunearon. Ahora cuando empezaron a ver que lo que decía era posta, que no era tirar por tirar, que tenía información, se calmaron. Además, ven que cuando me agreden me sé defender.

—Se te ve con cierta ironía y humor que antes por lo menos, no mostrabas.

—Esa es una faceta que no conocían tal vez de mí. La verdad es que no me gusta enfrentarme en los medios, soy de perfil bajo en mi vida pública. Quienes me conocen en mi vida privada saben que soy una mujer de armas tomar, que nunca me quedó callada y que tengo carácter. Nunca me voy a dejar apabullar por nadie. Llega un momento, después que me ningunean o me chicanean con cosas machistas, que salta mi carácter “la Luli” y quiero defenderme.

—¿Te referís al cruce que tuviste con Fernando Iglesias

—Pero no solo a Fernando; le contesté a gente del espectáculo como (Alfredo) Casero, Juan Acosta, que también en un punto me vinieron a chicanear. Yo respondo de forma sutil sin caer en lo bajo.

—¿Te gustaría tener un programa propio de actualidad política?

—Yo tenía uno de chimentos que luego lo pasaron de actualidad. Lo tuve que dejar porque no podía ocuparme de mi hija que es chiquita, yo estoy sola viste.

—Se habla mucho de tus fuentes, imagino que no las vas a develar.

—¡Nooo!, son tres. Tengo un fan mío que vive en el hemisferio norte, estudió ciencias internacionales. A él le fascina y está involucrado con la Argentina. Debatimos todo el tiempo.

—Dijiste que tenés dos fuentes, una “del corazón de un lado” y otra “del riñón del otro”.

—Sí, es así. Son fuentes fidedignas y confío absolutamente en ellas. A una la conozco hace varios años; a la otra no tanto, pero sé que ambos me tiran información de primera línea y confiable. Y a los resultados me remito.

—¿Te juntás personalmente o hablás por teléfono?

—Prefiero por teléfono para evitar que digan cosas si me ven con alguien.

—Dijiste que un ex ministro pidió clemencia (a Alberto Fernández) a cambio de ofrecer información. ¿Te llamó alguien después de decir eso?

—No, no tuve contacto con nadie. Me llaman por mis tuits en general amigos de la política y políticos de raza, armadores políticos, gente que fue jefe de campaña. Con todo esto me llamaron jueces también, diciéndome: “¡Qué buena información tenés!”

—¿Tu tío Palito te dio algún consejo?

—Estuve con él en el casamiento de mi hermana, hablamos un ratito porque había mucha gente. Sabe que yo soy una persona que no me voy a pasar de ningún límite.

—¿Manejás información que compromete a gente?

—Hay informaciones que me llegan, algunas son tan terribles que no me animo a publicarlas. Filtro un montón. Es información que involucra a gente pesada y la verdad que no me voy a meter. Lo aplico cuando aparece un nombre propio o cosas que son turbias.

—¿A partir de ahora vas a ir a más eventos relacionados con la política y no tanto con el espectáculo?

—Yo nunca fui muy eventera, soy de las que menos va. Pero sí me gustaría ir más. Lo haría en algo neutral. Porque me han llamado de un entorno donde me di cuenta que me querían ahí por algo. Dije, acá me parece que me están operando. Me pasó hace poco. Ahí está mi ojo, en ver qué gente va. Después me ponen en una foto con cierta gente y ya me vinculan, ¿entendés?

—¿Te gustaría hacer política?

—No, no estoy preparada y si hay algo que le falta a la Argentina es gente que esté preparada y que deje de ver a la política como un negocio. Sí me gustaría estar detrás de alguien aconsejando.    

—¿Como una asesora de políticos?

—Sí, como una asesora.

—¿Haber tenido una relación con Redrado sumó para tener esas fuentes?

—No fue un mérito de él, era yo la curiosa que preguntaba. Y del otro lado me contaban. Pero no, no venían a darme clases.