Una primera ministra luce un escote y todavía en 2020 es un escándalo. Así como sucedió con Angela Merkel en 2008 cuando en la ópera de Oslo llevó un vestido de noche con escote profundo, ahora Sanna Marin, máxima autoridad política de Finlandia, es blanco de críticas porque posó con un blazer que denota la ausencia de corpiño. Con doce años de diferencia, dos primeras ministras con Merkel y Marin son protagonistas por un escote. Es decir, ¿el problema son las tetas?.
Así como hubieron críticas a Sanna Marin -sí, críticas- por el escote y la falta de corpiño, en redes se generó de manera espontánea una campaña de respaldo a la primera ministra de Finlandia con el hashtag #ImWithSanna. Y mujeres -no solamente de Finlandia- se fotografiaron replicando en redes la imagen de la funcionaria con ese “vestuario poco apropiado para una mujer en esa posición”, como señalaron las críticas conservador finesas. También se sumaron algunos hombres posando como Sanna Marin.
Sanna Marin puso a Finlandia entre los países que enfrentaron con éxito la pandemia del COVID19.
Sanna Marin es la máxima autoridad política de Finlandia, tiene 34 años y fue una de las ocho mujeres líderes que se destacaron por el manejo de la pandemia. En agosto de este año se casó con Markus Raikkonen, después de 16 años de relación. Juntos tienen una hija Emma Amalia, de dos años. Hasta que el derechista Sebastian Kurtz accedió al gobierno de Austria, Sanna Marin fue la política más joven de Europa en dirigir un país.
“Lo que generó la foto (de Sanna Marin) dice mucho sobre el quienes son los espectadores. Muchos no vieron en absoluto la cuestión del escote; sí vieron a Sanna Marin vestida con un traje moderno de blazer y pantalón negro. Otros miraron la foto y vieron cómo el profesionalismo, la inteligencia y el saber hacer pueden estar ligados a la ropa, y cuánto sirven para cubrir el cuerpo ", dijo Mari Karsikas, editora jefa de Trendi. Para Mari Karsikas, titular de la publicación finesa para la que Sanna Marin posó, hay una enseñanza de los sucedido. “Hay una tendencia a preocuparse por la alfabetización mediática de los niños y los jóvenes. Pero creo que esa preocupación por la alfabetización mediática debería incluir a los adultos dado que para algunos, es difícil distinguir contenido publicitario y contenido periodístico”.
La directora de la revista que publicó la foto de Sanna Marin dijo que las críticas demuestran desprecio y odio hacia las mujeres.
También la editora jefe de la revista finesa aprovechó el revuelo para señalar que hubo un “desprecio por la mujer. Además de la chaqueta abierta, parece que escandaliza que una primera ministra se tome tiempo para hablar con una revista femenina. Es difícil no interpretar eso como un desprecio y hasta cierto odio hacia las mujeres(…) Si una persona que toma decisiones de alto nivel nunca tuvo tiempo para una entrevista en una ‘revista femenina’, ¿significa que tampoco le interesan los problemas de las mujeres?. (…) Y por último, quedó demostrado el poder de las mujeres como colectivo. El fenómeno del #ImWithSanna lo generaron mujeres solteras para quienes las críticas a Sanna Marini por la foto fueron un punto de quiebre, y actuaron en su defensa. (…) También hicieron del blazer sin camisa un símbolo”, escribió Mari Karsikas.
