Monica Lewinsky vive desde hace mucho tiempo con un estigma llamado Bill Clinton. Pasaron veinte años desde que la ex becaria protagonizó un escándalo con el entonces presidente de los Estados Unidos luego de que se supiera que ambos había tenido un affaire. Lewinsky pasó por todos los estados: salió en las revistas, se llamó a silencio, le costó conseguir trabajo, pareja y hasta –se sabe ahora– quiso suicidarse. Hoy, parece, la mujer ha elegido capitalizar este episodio con la decisión de participar del documental The Clinton Affair, que se emitirá mañana a las nueve de la noche, horario de máxima audiencia en Estados Unidos, en el canal A&E.
Esta semana, Lewinsky comenzó a calentar los motores apareciendo en algunos medios. Así lo hizo en la revista Vanity Fair, donde le publicaron un ensayo en el que se refiere a Hillary Clinton. “Quiero pedirle perdón a Hillary Clinton por todo el daño causado”, dice. “Si la viera en persona hoy en día, sé que reuniría las fuerzas que necesitase de nuevo para reconocerle, de forma sincera, todo lo que lo siento”, señaló Lewinsky, quien se considera hoy la primera persona en sufrir el acoso mediático a gran escala.
Con respecto al ex mandatario, explicó: “Lo más importante para mí, más que si me debe una disculpa o merezco una disculpa personal, es que creo que Bill Clinton debería querer pedir disculpas. Sería un hombre mejor. El me ha decepcionado menos de lo que yo lo estoy por él.”
Lewinsky, hoy militante del movimiento del #MeToo contra el acoso y abuso sexual, destaca que recordar lo ocurrido fue traumático. “Pensé que la única manera de poner fin a todo era quitarme la vida”, relata en otra parte de este documental.
La historia. Es la primera vez que Lewinsky comparte detalles de lo que pasó en su encuentro Clinton el 28 de febrero de 1997, cuando él la convocó a la Casa Blanca. En el documental, de seis capítulos, la mujer habla del mítico vestido de Gap manchado, una de las pruebas de su encuentro con Clinton. El secreto, al menos por ahora, es la cifra que cobró por el documental.
Lewinsky relata así en este especial que después de ganar la reelección, en febrero de 1997, Clinton la invitó a la Casa Blanca y le dijo que tenía un regalo para ella. “Cuando pasé a darle la mano y tomarme una foto con él, me dijo: ‘Por cierto, andá a ver a Betty (la secretaria personal del ex presidente), tiene algo para ti”. Según relata Lewinsky, Betty la hizo entrar a la Oficina Oval y quedó luego sola con Clinton, quien le entregó una caja con un prendedor con forma de sombrero y le dijo: “Siempre luces muy bien con sombreros”. Después fueron al baño donde ocurrió el famoso episodio. “Me hizo objeto de sus atenciones y yo fui recíproca, hasta donde él siempre se había detenido antes de completar su parte” (sic), contó para la serie Lewinsky, cuidando su vocabulario y evitando hablar de la eyaculación del ex presidente.
El 14 de noviembre de 1995 fue la primera vez que ambos estuvieron a solas en la Casa Blanca. Ese día ambos comenzaron una relación que duró algo más de dos años. “No hablo de esto muy a menudo y todavía no me siento cómoda haciéndolo”, dice ella en el documental. “Creo que el momento en que estuvimos en la oficina por primera vez, significó mucho para mí, la persona que otras personas deseaban, me deseaba”.