Hillary Clinton quizá ya fue; Kamala Harris todavía no explotó como se espera. Hoy la mujer más poderosa de la política norteamericana es Nancy Pelosi. Y la peor pesadilla de Trump. Si la venganza es un plato que se come frío, ella aceleró su cocción a partir del asalto violento al Capitolio por parte de los fanáticos 'trumpistas'.
Ese 6 de enero, la violencia verbal de presidente saliente se transformó en un álbum de imágenes de ese Estados Unidos que también contiene a una sociedad violenta. Y volvió a exhibir a un Trump que fogoneó esas acciones con su insistencia en el fraude electoral. Ese día, una de las postales que se viralizó es la de un votante republicano haciendo suya la oficina de Nancy Pelosi. Incluso después se filmó con documentación que le robó a la presidenta de la Cámara de Representantes. También de hubieron otros dos, con fragmentos de la puerta de ese despacho donde se leía el nombre de Pelosi, que se fotografiaron con ese 'souvenir de batalla ganada'.
”Perdimos la inocencia el 6 de enero″, dijo Nancy Pelosi en la conferencia de prensa donde anunció su pedido de una investigación similar a la de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Quizá a esa frase le faltó cerrarla con “una vez más”. Por mencionar unos pocos ejemplos: Estados Unidos tuvo dos Kennedy asesinados y sin los verdaderos culpables presos, también asesinaron a Martin Luther King; un Bush que falseó información de inteligencia para justificar la guerra de Irak (a la que ella se opuso), un titular del FBI por más de 30 años -J. Edgar Hoover- por demás polémico, pero para Pelosi recién en 2021, Estados Unidos autoimplosionó.
El padre de Nancy Pelosi fue congresista y tres veces, alcalde de Baltimore. Y su hermano mayor, también fue alcalde.
Con la “inocencia perdida” por la intención violenta de una horda de ciudadanos de impedir la proclamación de Joe Biden como nuevo presidente, Nancy Pelosi se puso como objetivos el impeachment a Trump -finalmente lo logró-, e investigar lo sucedido. Para eso puso al frente a Russel Honoré, un general retirado, quien lidera la auditoría de la seguridad del Capitolio de ese 6 de enero que dejó cinco muertos y más de 100 detenidos. A su vez, el FBI investiga la posible implicación en la revuelta de unos treinta militares -en actividad o retirados-, y de policías.
Por muchas de estas cuestiones sumada a la frase: “Nadie está por encima de la ley; Donald Trump es un peligro actual para nuestro país”, el nombre de Nancy Pelosi salió del Capitolio y junto con su foto posando con el documento del impeachment, tomó una centralidad quizá mayor que la de cualquier otro político fuera de Joe Biden.
Que la política está en el ADN de Nancy Pelosi es algo que se repite en todos los artículos que sobre ella se hicieron. Y es verdad. A los 20 años, un enero de 1961, estuvo el baile inaugural de J.F.Kennedy como presidente. Por entonces, la política activa la veía a través de su padre, Thomas D’Alesandro Jr , quien fue congresista del Partido Demócrata y tres veces alcalde de Baltimore. En esa familia, además de su madre, Nancy era la única mujer entre seis hermanos varones; el mayor de ellos también fue alcalde de esa ciudad. Pero, según ella, ese ámbito no influyó para que más tarde se dedicara a la política; sino que fueron “mis hijos quienes realmente me forjaron a hacerlo”.
En el caso de Nancy Pelosi, el “más tarde” político es literal. Comenzó a los 36 años cuando el último de sus cinco hijos -cuatro mujeres y un varón-terminó la escuela. Ella se casó a los 23 años con Paul Pelosi, su novio de la universidad y con él formaron una familia numerosa, cuando se mudaron de Manhattan a San Francisco. Paul se dedicó a las finanzas, ella a atender una confortable casa -en Presidio, una elegante zona de la bahia-, y a sus hijos.
Si bien en 1969 armó en su casa el Club de Partido Demócrata, no fue hasta 1976 que se sumó a la campaña presidencial de Jerry Brown, por entonces gobernador de California. Ganó Jimmy Carter pero para Pelosi fue el inicio en la acción política. En 1981, otra campaña la tuvo como organizadora de eventos para juntar fondos y sumar nombres de candidatos también en California.
Ella y su marido, tienen dos viñedos en California. La holgada economía del matrimonio le dio contactos y tiempo para actuar en política.
Y es en 1987 cuando un diputada bastante mayor la alentó y convenció de participar ya por un puesto. Ese año organizó 100 fiestas para juntar fondos y en siete semanas reunió un millón de dólares y 4.000 voluntarios. Resultado: ganó e ingresó al Congreso como representante por California. A partir de eso, la política formó parte de su vida y ese extenso recorrido la llevó a ser en 2003, la primera mujer en liderar un partido (el Demócrata) en el Congreso, y en 2007 accedió a ser presidenta de la Cámara, cargo que acaba de renovar el pasado 3 de enero
Con la renovación del cargo y “la pérdida de la inocencia” tras los hechos violentos en el Capitolio, Nancy Pelosi es desde el 13 de enero la cara del segundo impeachment que enfrentará Trump. “Es triste que un presidente nos lleve a probar los artículos de un juicio político”, dijo Pelosi. Todo sea por defender la Constitución de los Estados Unidos.