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la nueva vida de daisy may queen

“No me molesta la Daisy que fui, pero hoy soy otra”

Fue la voz de Los 40 principales, hizo televisión y fue jurado de Operación Triunfo. Y en 2012, después de varios viajes, dejó todo y se radicó en la India. Vive en una casa de familia, hace cocina vegana y organiza tours low cost.

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Activa. Es guía de argentinos que visitan India por primera vez. | Álbum personal D.M.Q.

“Gracias por preguntarme por quien soy hoy y no por quien fui”. Daisy May Queen dice esa frase en la entrevista con PERFIL y, de alguna manera, deja ver la profundidad que tuvo su cambio de vida. Si bien supo ser una de las principales figuras de la radio nacional en los 90, decidió dejar todo para mudarse a India. Dueña de una pastelería vegana, vive en una pequeña habitación en Rishikesh, una ciudad que recibe turistas. Y ella allí  es guía de grupos argentinos que van por primera vez al país asiático.

—¿Cómo viviste el cambio de país?

—Hace ya cinco años que estoy en India. Al principio fue un poco difícil acostumbrarme a un montón de cosas que como turista no te enterás. Hay muchas cosas de la cultura con las que hacés colisión, pero pude adaptarme. Pasé por varios lugares y al final decidí quedarme a vivir con una familia. Me alquilé el piso de arriba de la casa del papá de mi amiga, creo que es la mejor manera de vivir tranquila y segura.

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—¿Qué sentís cuando volvés a Argentina?

—Al principio cuando volví a Argentina de visita me costó mucho porque extrañaba. Ahora ya me acostumbré a venir. Visito a mi familia y estoy con ellos. Igual vengo acá y veo a mis amigos que están 24 x 7 trabajando para seguir manteniendo su estándar de vida.

—¿Y vos cómo estás?

—Superbien. Antes trabajaba mucho en la radio y la televisión. No tenía mucho tiempo para vivir una vida más relajada. Hoy soy otra persona. No me molesta la que fui, de hecho le agradezco mucho a la vieja Daisy, pero la nueva no tiene mucho que ver con ella. La mayoría de la gente me llama por lo que hice pero me encanta hablar de mis proyectos actuales. Sigo con mi emprendimiento de pastelería vegana en India. Cuando llegué puse este emprendimiento porque me gusta y soy pastelera profesional. Hacía todo en mi casa, y luego sumé un socio indio al cual le voy a dejar la empresa porque quiero dedicarme a los viajes.

—¿Cómo llegaste a ser guía turística?

—Surgió porque cada vez que un argentino venía a Rishikesh se comunicaba conmigo, nos encontrábamos y yo les mostraba la ciudad. Les explicaba cosas sobre India. Salía naturalmente eso de llevarlos al mercado, mostrarles lugares donde comprar ropa o llevarlos a comer. Un amigo mío tiene una empresita que hace viajes a la India, pero son todos espirituales y de meditación, así que le propuse sumar viajes culturales. No a nivel cinco estrellas, turístico y con micro todo el tiempo. Quería que la gente viniera a Rishikesh, se quedara y conociera la dinámica del pueblo, las costumbres, la gente y el día a día.

—¿Cómo es la experiencia para ellos?

—Yo quiero ofrecerles estar en contacto con la cultura. Trato de que bajen un cambio y les enseño tres cosas básicas de la India: por un lado el hinduismo, luego la filosofía y, por último, la historia del país. Nosotros no ganamos demasiado dinero. Obvio que sacamos un rédito para vivir, pero minimizamos completamente nuestra parte. Cobramos poco y lo consideramos low cost. Arreglo con hoteles familiares que nos hacen buen precio y no tomamos comisión con nadie. También vamos a locales que son honestos y no cobran cinco veces más, algo que pasa en algunos lugares de la India. Te ven extranjero y algo que vale cien rupias te lo cobran quinientas. Nos manejamos con el transporte local y servimos solo comida vegana.

—¿Cómo manejas los grupos?

—Les damos mucha libertad e independencia. Nosotros no queremos viajar con turistas acostumbrados al all inclusive. Nos gustan los viajeros, gente independiente. Esto surgió porque nos dimos cuenta de que había un agujero que nadie cubría para la gente que quería viajar a India pero sin estar en estos tours donde corrés todo el día, sacás ocho mil quinientas fotos y llegás destruido al hotel. Al viajero le gusta conocer, adentrarse en la cultura y sentir India. Es un lugar difícil la primera vez que vas. La segunda ya no tanto, porque más o menos conocés los códigos, pero la primera es muy difícil. Por eso planificamos este tipo de viaje, somos una especie de colchón que amaina el golpe de la diferencia cultural. Hay mucha gente que llega el primer día, ve de qué se trata y se quiere ir porque se asustan al ver todo tan diferente.

—¿Solo admiten a quienes no conocen el país?

—Exacto, nos especializamos en eso. Nosotros queremos trabajar con viajeros, gente abierta, dispuesta a escuchar, que quiera saber sobre la cultura, la historia y la religión del país. Gente curiosa, respetuosa, buena onda y que sepa de convivencia. No llevamos a cualquiera. Nos gusta convocar gente con buena onda para que todos la pasen bien. India te sorprende todos los días. A menos que hayas viajado cinco estrellas que es como no conocer India. Si viajaste cinco estrellas te mantuvieron fuera de la cultura y no pudiste ver India y su gente.