El juego de las escondidas, que muchos entendieron como una estrategia para subir su cotización, finalmente se terminó mientras avanza la temporada estival de Punta del Este. Y tal como se esperaba, Pampita celebró sus 40 años junto a Pico Mónaco en una fiesta de blanco en las paradisíacas playas de la Riviera Maya, invitada por una cadena de hoteles, a la cual también asistieron cuarenta amigos y su hijo Bautista.
Aunque conocedora del negocio y luego de haber instalado rumores de crisis durante todo el mes, no dejó de generar misterio hasta último momento. Y ante la pregunta de si finalmente el tenista iba a estar presente en la celebración, escueta, la modelo, que viajó con anticipación con su hijo mayor y un grupo de amigas, respondía: “No te sabría decir”. Y él, para despistar, hizo una primera parada en Miami, para sí luego ir a México y con una premeditación exacta llegar justo para “la foto de tapa”.
Claro que antes de eso ella ya había dado algunas señales en sus redes sociales. Una imagen de unas rosas, una carta y una foto en la que está la familia entera con Pico fue el señuelo. Pero ese no fue el único regalo que el tenista le hizo a la también conductora. Pico aprovechó su paso por Miami para pasar por Bal Harbour y le compró un reloj muy costoso. “El ramo fue un tentempié. Estoy autorizada a contarlo: le regaló un reloj de primerísima línea personalizado. Lo compró en Miami. No sé el color, pero me parece que tenía algunos brillitos interesantes. Después de eso no le podés regalar nada”, contó Rocío Guirao Díaz en el programa de Angel De Brito.
En breve, la modelo regresaría a Buenos Aires para reencontrarse con sus otros dos hijos que quedaron a cargo de su papá, Benjamín Vicuña, y su pareja, la China Suárez. Y el 31 de enero, Pampita ya tiene pasajes comprados para irse a Orlando y Miami con el tenista y sus hijos para divertirse antes de empezar con su nuevo programa por la pantalla de Telefe.
