PROTAGONISTAS
el “motomami tour” en argentina

Rosalía cerró su esperada escala en Buenos Aires y se emocionó con el público

La pandemia demoró tres años el regreso de Rosalía a la Argentina. Desde su debut en el país en 2019, la cantante catalana se convirtió en una artista global y referente arriba y abajo del escenario. Más de treinta mil personas asistieron al Motomami Tour donde lloró al ver la respuesta del público y hasta cantó a capela Alfonsina y el mar.

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En acción. Energía en el escenario porteño. | t.gerardi

Pasaron tres años para que Rosalía refrendara la relación que tiene con su público argentino. La cantante española ya había sentido en 2019 el fervor –inesperado para ella– cuando tuvo su debut en Argentina como una de las artistas que participaron del Lollapalooza de ese año. En aquella oportunidad, Malamente era un hit mundial, pero Rosalía no era la figura global que sí hoy encarna. De hecho su actuación ese 2019 se hizo con luz de día; esto significa que la nocturnidad en festivales de ese tipo es para los pesos pesados. Igualmente, los videos que registraron dicha única actuación dan cuenta de la masividad que concitó su show.

Otra vez aquí. Este segundo desembarco de Rosalía generó, como era de esperar, conmoción entre sus seguidores que agotaron la primera función en tiempo récord, y eso habilitó una segunda que se vendió con similar velocidad. En su primera fecha, el jueves –que comenzó una hora después de lo estipulado–, la catalana evocó aquella primera presentación en Argentina y recordó el fanatismo de primera hora que su obra despertó en el público local. Al ver una pancarta con leyenda “A nosotros siempre nos tendrás” se quebró hasta las lágrimas.También cuando se pusieron a cantar uno de los temas de aquella vez, incluido en su exitoso El Mal Querer.  

Del piano al baile, hay dos constantes en el show de Rosalía: la veneración y el canto. En frecuencias constantemente afinadas, ella se exige y recibe los cálidos abrazos de su gente, más de treinta mil que se dieron cita en el Movistar Arena, como fuentes que alimentan el espectáculo y le brindan esa calidez que –chauvinismo incluido– definen al público argentino que destacan artistas y bandas de estilos diferentes. 

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Gentileza. Para sorpresa de muchos, Rosalía cantó a capela Alfonsina y el mar, el clásico tema de Ariel Ramírez y Félix Luna que Mercedes Sosa hizo famoso. Ese tema no está en grabación alguna suya profesional, pero sí en un video donde ella canta  acompañada por una guitarra, con un dejo de estilo flamenco. Al principio, al poner el micrófono al público para que la acompañe se hizo un bache de segundos dado que no, al menos en la noche del jueves, no todos parecían conocer la letra. Pasado ese vacío mínimo, se sumaron voces del público y ella completó su versión. Al terminar explicó que es una canción que se aprendió cuando tenía 16 o 17 años y que siempre le gustó y, sin explicitarlo, era también un gesto al fervor que le manifestó el público desde que apareció en escena. Otro momento cargado de un simbolismo quizá mayor en Argentina que en España se dio cuando le regalaron el emblemático pañuelo verde. Rosalía lo recibió, se lo colocó al cuello y lo usó durante el último tramo de su recital.  

 

Suceso. El show tuvo destreza vocal, interpretaciones emotivas, bailarines y coreografías sincronizados, y si el escenario a veces tiene una cuarta pared, en este caso fue inexistente. Rosalía entró a la fase argentina de su primera gira mundial Motomami World Tour por la puerta grande. Si alguna duda había de su performance escénica, las liquidó todas y demostró el por qué de su centralidad en el panorama de la música actual.

Rosalía vive una etapa por demás fructífera. Luego de sucesivos sold out en cada localidad que pisó en Europa promocionando su álbum Motomami, encaró la etapa latinoamericana del tour con una energía aún más potente. En total, su repertorio en Buenos Aires fue de treinta  canciones, entre temas del mencionado Motomami  y de muchos otros de sus éxitos anteriores.

ADN. El salto de Rosalía a la fama mundial fue repentino. La relación de ese estrellato con su crecimiento y exposición es casi proporcional y el lugar que ocupa hoy en la música, en las redes y en las playlists de protagonistas del star system hace acordar a aquella primera época de esplendor, cuando en 2020 arrasó en esas premiaciones.

Y esta Rosalíamanía se consolidó una vez como algo más que un fenómeno. La obra de Rosalía no solo es una seguidilla de conceptos laboriosamente armados, sino también constituye la construcción de una efigie pop que dice casi todo lo que tiene para decir en sus canciones. El resto (el show con su iluminación y sus coreografías los videos, hasta su forma de comunicarse), es una serie de complementos que orbitan su obra y la completan.  

Tanto el sencillo Malamente como el disco que lo incluía en tanto Capítulo Uno: Augurio, despertaron un furor mundial que no solamente la posicionó a ella como una de las artistas más importantes del presente, sino también significó para mucha gente un acercamiento, mediado por una particular fusión, a la cultura flamenca. 

Inspirado en una novela occitana del siglo XVIII titulada Flamenca, la obra surgió como una tesis para completar sus estudios en la Escuela Superior de Música de Cataluña. La lírica, el concepto, el minucioso trabajo sonoro, la sofisticación de los videos y el hit Malamente fueron algunos de los condimentos que le permitieron en su momento, conjugar la aceptación de la crítica y el público. Había nacido una estrella.

Obviamente hubo críticas negativas como sucede con cualquier fenómeno. A las denuncias por apropiación cultural se solapó una especie de marca personal a sus decisiones artísticas. Su inserción en la cúspide de la industria, le trajo la posibilidad de hacer canciones con cuanto artista se le ocurriera. Es curioso: ya con C Tangana y con el productor Alizzz había dado unos primeros pasos en el género urbano y antes de lanzar El Mal Querer había colaborado con J Balvin. El 2 de noviembre del 2021, Rosalía anunció en sus redes que su próximo disco se llamaría Motomami... El 11 de marzo del 2022 lanzó el primer simple, la bachata La fama, en colaboración con The Weekend. A partir de ahí los hitos se sucedieron y el concepto se empezó a acomodar. La repercusión de cada simple que presentaba se empezó a acrecentar y apenas salió el disco se anunció la gira Motomami World Tour, que la llevaría por todo el mundo y así finalmente, aterrizó en Argentina.