Parece el título de una película policial o de una novela de Graham Greene o de John le Carré: The napkin agreement (La servilleta del acuerdo). En Argentina, ese título se podría aplicar a uno de los tantos hechos turbios que signaron el gobierno de Carlos Menem: “los jueces de la servilleta”. En 1996 Domingo Cavallo que en una servilleta Carlos Corach –ministro de interior del menemismo–, le escribió los nombres de los jueces federales que respondían a los pedidos del ex presidente.
Este 'napkin agreement 'también involucra a quien es hoy el argentino más famoso del mundo: Lionel Messi. Y en esa servilleta también nombres; no de jueces corruptibles sino de quienes, con ese particular manuscrito, darían inicio a la exitosa historia que unirá a Messi con el Barcelona: Carles Rexach, Josep Minguella, y Horacio Gaggioli. Ellos son, respectivamente, el director deportivo del Barça y su asesor en transferencias de jugadores; y un agente.
En la servilleta se escribió: “En Barcelona, el 14 de diciembre de 2000 y en presencia de los señores Minguella y Horacio, Carles Rexach, director deportivo del FC Barcelona, se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra, fichar al jugador Lionel Messi, siempre que nos mantengamos en las cantidades pactadas”.
Pase de mano. Hasta hace unas horas, esa servilleta que podría formar parte del acervo histórico del Barcelona, perteneció al mencionado Horacio Gaggioli. Pero pasó a manos de una persona –cuyo nombre se desconoce– por 970 mil dólares. Con esa cifra, cerró ayer viernes, la subasta de The napkin agreement que había comenzado el 8 de mayo último. Cuando Carles Rexach, Josep Minguella, y Horacio Gaggioli firmaron ese “contrato” .
Messi tenía de 13 años. Con esa edad llegó a Barcelona desde su Rosario natal, y –dice la historia–, quien reconoció de manera instantánea su potencial fue Carles Rexach. Y dijo a los entrenadores: “Tenemos que ficharlo”. Que en la servilleta se mencione que en el Barça había opiniones contrarias respecto a la contratación, sorprende hoy en día. Pero fue lo que sucedió y esa aprensión hizo que Minguella y Gaggioli tomarán el riesgo por cuenta propia y se comprometieron a incorporar a Messi al club. Como en el lugar donde se reunieron no había papel alguno , la servilleta sirvió para sellar el histórico acuerdo.
