La estrategia de invitar al cierre del Festival de Venecia a la pareja hollywoodense más mediática le puso un toque adicional a la entrega de premios. De paso, la “biennale” fue la presentación oficial de Jennifer Lopez y Ben Affleck en su primera alfombra tras esta segunda vuelta a una relación que hace dieciséis años casi termina en casamiento. Ese vestido blanco que lució JLo tuvo la mejor publicidad que el diseñador libanés Georges Hobeika pudo haber imaginado… y quizá pagado. Juntos acompañaron la proyección de The last duel (El último duelo) del director Ridley Scott. Basada en el libro homónimo de Eric Jager, esta película volvió a reunir en la adaptación para el cine a una dupla ganadora de un premio Oscar como guionistas: el mencionado Ben Affleck y Matt Damon, y se sumó Nicole Holofcener. En 1998, lo merecieron por En busca del destino cuando tenían 26 y 28 años respectivamente. Ese reencuentro creativo en el guión y en los papeles protagónicos de The last duel los llevó también a Venecia.
Maradona, madres y aborto. Fuera de esa troupe hollywoodense, se dieron en Venecia la clausura y los premios del festival. Penélope Cruz se consagró como la mejor actriz y la famosa Copa Volpi fue por su protagónico en Madres paralelas, la película de Pedro Almodóvar. Ella también había presentado en la biennale Competencia oficial, de los argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat, donde Cruz compartió los roles principales con Oscar Martínez y Antonio Banderas. Otros dos de los premios entregados conectan de alguna manera a Venecia con la Argentina a través dos italianos, el director Paolo Sorrentino y el actor Filippo Scotti. Respectivamente, ambos ganaron por La mano de Dios, el León de Plata del Gran Jurado, y el Marcello Mastroianni como revelación juvenil. El título de la película es un homenaje a Maradona, ídolo del cineasta, y el argumento es autobiográfico. Siendo adolescente Sorrentino se quedó en su Nápoles natal porque no quiso perderse un partido del Napoli donde Maradona era genio, figura y leyenda. Mientras, sus padres se fueron un fin de semana a esquiar y murieron accidentalmente por una fuga de gas. “Fue una época muy dolorosa”, dijo Sorrentino quien recién con 50 años, explicó, se sintió maduro y con la distancia necesaria para contar esa tragedia familiar. “Es paradójico que un futbolista como Maradona dijera ‘fue la mano de Dios’; es una gran metáfora, un emblema que tiene que ver con la suerte o la divinidad si crees en ella, yo creo en el poder semidivino de Maradona”.
Otro de los premios mayores fue para la australiana Jane Campion: ganó como mejor directora por The power of dog (El poder del perro). Y el León de Oro, se lo llevó la francesa Audrey Divan, por L’événemant (El suceso) basada en las memorias de Annie Ernaux sobre su experiencia intentando abortar en la década de 1960, quince años antes de que Francia lo legislara.