Santiago Bulat se graduó en Ciencias Económicas en la Universidad de Buenos Aires (UBA). En la actualidad, conduce de El Inversor, programa que se emite por Canal Metro los sábados a las 14, y trabaja como columnista de lunes a viernes, de 10 a 13, en el programa de Juan Pablo Varsky de CNN Radio.
El joven periodista, que se transformó en una referencia obligada para el mundo de las finanzas, dialogó con Mundo PyME sobre la situación actual de las pequeñas y las medianas empresas, y reflexionó acerca de las oportunidades y los desafíos de este sector que, sin dudas, cumple un rol fundamental para el desarrollo nacional.
¿Cómo ves en la actualidad al sector PyME y emprendedor en Argentina?
El rol de las PyMEs en la economía es fundamental. Son las mayores generadoras de empleo y las que permiten alcanzar a segmentos de la población que para las grandes empresas muchas veces resulta difícil el atractivo para asentarse. Si bien las dificultades estructurales del país deberían ser atacadas en su conjunto, dar soluciones en el corto plazo a las empresas más pequeñas resulta una prioridad.
Suele decirse que las PyMEs son el sector más dinámico de la economía. A tu entender, ¿qué rubros dentro del sector observás con mayor potencial de desarrollo en el contexto actual y de cara al futuro?
Las PyMEs que desarrollen servicios que contengan mayor valor agregado serán las primeras en destacarse. Los beneficios que han impulsado en la actual administración, y que probablemente continúen en la siguiente, dieron pruebas de ser fundamentales para que su actividad creciera ininterrumpidamente. De cara al futuro, será fundamental desarrollar empresas del sector transable, que puedan proveer los dólares que los argentinos constantemente demandamos. Probablemente, las medidas de alivio fiscal del próximo gobierno no sean generales para todos los rubros, sino que se segmenten sector por sector. Para enmarcar lo antedicho, en 2018 las empresas exportadoras fueron poco más de 9.500, es decir, el 1,6% del total. Muy pocas. Nuestro pico de empresas exportadoras y hacia dónde debemos apuntar fue en el año 2006, con casi 16.000 empresas. Allí la situación global e interna era mejor.
¿Qué lugar considerás que ocupan las herramientas de financiamiento e incentivos, tanto públicas como privadas, para el desarrollo del sector?
Son una pieza clave. La economía argentina tiene un nivel de crédito muy por debajo del resto de los países. Una medición que hace comparable este indicador es el total de crédito privado otorgado medido sobre PBI. Allí encontramos que países como Estados Unidos o China se encuentran en niveles de 186% y 161%, siendo menos comparables con nosotros, pero que también países más cercanos como Chile, Brasil o Perú alcanzan 115%, 61% y 44%. Argentina solamente el 13%, lo que se traduce automáticamente en una sociedad más regresiva. Resulta muy regresivo que solamente puedan acceder a determinados bienes o servicios quienes hayan tenido espalda para hacerlo o hayan nacido en cuna de oro. Originar canales por los cuales se democratice el crédito, permitirá también mejorar la igualdad de oportunidades en nuestro país. Aquí la tracción de lo público -principal encargado de fomentar el ahorro en moneda local-, en conjunto con el ámbito privado, será vital para lograr el financiamiento de pequeñas y medianas empresas, que tienden a acusar mayor riesgo por su tamaño y facturación. La intervención pública tendrá como finalidad la orientación de diversos fondos privados a segmentos menos atractivos para las entidades bancarias en una primera instancia, pero que, a partir de ciertas medidas, comiencen a interesarse.
¿Qué valor le otorgas a lo local y a lo regional como oportunidad para potenciar la economía en su conjunto?
El sector que más me llama la atención en el último tiempo es el agro, en el marco de la potencialidad como región. Quiero decir con esto, Brasil y Argentina en conjunto producen más soja que los Estados Unidos y, sin embargo, estamos ligados al precio internacional de Chicago, cuando deberíamos ser formadores de precio con nuestro par regional. Este es solo un caso, pero hay muchos segmentos donde, haya o no cambio de gobierno, nuestro país necesitará seguir teniendo alianzas estratégicas. El mundo de la tecnología debe ser complementario, el sector automotriz ya lo es y deberá seguir siéndolo, las empresas internacionales que inviertan en actividades que las locales aún no son capaces de explotar, como Vaca Muerta o el litio, también serán importantes. La industria química lo ha hecho y deberá continuar. Creo que son varios los sectores en los cuales este mundo globalizado puede darle a Argentina buenas oportunidades de crecimiento interno, que de manera exclusivamente individual, probablemente no lograría hacerlo. De todas formas, la lógica debe ser de win-win y no plantear beneficios solamente para las del exterior, habrá que hilar fino sectorialmente para lograr ese objetivo.
Si tuvieras que destacar algún ejemplo internacional para imitar en Argentina, ¿cuál recomendarías en relación a lo que puede estar faltando en el país para el sector PyME?
Me parece que Uruguay es un buen ejemplo por varias razones. Si bien hay que destacar que poco tenemos que ver con nuestro país vecino en la estructura general, en algunas cosas podemos imitarla. En primer lugar, estoy seguro de que macro mata micro. Es decir, mientras que Uruguay tiene una inflación cercana al 7%, nosotros seguimos por encima del 50%, mientras que ellos tienen una economía que crece constantemente año a año, la nuestra cumplirá dos años consecutivos de caída. Pero al margen de esto, este año han promulgado 14 medidas en las cuales se dieron beneficios a las PyMEs para que tengan un mayor incentivo a exportar, se redujeron impuestos a ciertos sectores de menor competitividad, se redujeron cánones, se dieron beneficios a los turistas no residentes, se otorgaron importantes créditos fiscales para los gastos en I+D y se realizó una nueva ley de parques industriales. Medidas que ayudan al crecimiento de largo plazo de la economía con foco en el sector externo, lo que hoy le falta a la economía local.