Pese a que la cantidad de infectados en el AMBA aumenta día a día, las compras navideñas parecen haber borrado la presencia de coronavirus. Una prueba de ello es la Avenida Avellaneda que un día antes de Navidad lució atestada de gente con poca distancia social y escasos barbijos.
“Perdí mi puesto de trabajo y tuve que salir a vender, por lo menos para sustentar a la familia y el gasto que viene ahora, para eso tuve que salir”, explicó Hugo, mantero alojado en la zona comercial ubicada entre los barrios porteños de Flores y Floresta.
Por otro lado, Capi, mantero de la Avenida Avellaneda aseguró que hay mucha tensión en la zona: “Todo está difícil, está muy mal. No nos dejan trabajar bien. Estamos luchando para sobrevivir como todos”, indicó.
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Puertas adentro la situación parece ser la misma: pocas ventas en comparación con el año pasado, aunque con mayores controles sanitarios. En este sentido, los comerciantes estiman que serán un 50 por ciento menores a 2019.
“La gente está cuidando un poco el bolsillo por eso se está vendiendo más vestidos y remeras. Se gasta entre 600 y 1000 pesos”, explicó Marta, una comerciante de la zona.