Son días, o mejor dicho meses, complicados para la Argentina en materia agropecuaria. La sequía azota al país y las consecuencias son brutales. El Ministerio de Economía declaró el estado de emergencia y desastre agropecuario en la provincia de Buenos Aires por este fenómeno.
Dicha medida tiene vigencia desde el primero de junio al 31 de diciembre del 2022 y se extiende hasta el 31 de marzo en la mayoría de las localidades bonaerenses.
Esa fecha marca la finalización del ciclo productivo para la explotación agropecuaria afectada. Santa Fe y Córdoba también están en emergencia, incluso en la provincia cordobesa hay más de 800 mil hectáreas afectadas por la sequía.
No hay que perder de vista que, producto de esta tremenda sequía, Argentina pierde exportaciones por 14 mil millones de dólares. Otro factor que afecta al agro es la gripe aviar ya que hay 59 casos positivos en el país y la enfermedad ingresó al circuito comercial, logrando que se sacrifiquen 700 mil aves.
Ya se registraron perdidas millonarias como la de 800 millones de pesos por la circulación de la enfermedad en dos establecimientos de Río Negro. A partir de este panorama, se redujo el consumo de pollo mientras que el maple de huevos cotiza a 1500 pesos en algunos barrios porteños.
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Lo que subió tanto en demanda como en precio es la carne vacuna. El consumo de carne tuvo un alza del 4,2% en el último mes aún cuando el kilo de asado en promedio se acerca a los 2.000 pesos.
Otros cortes premium como el bife de chorizo está cotizando cerca de los $3.500. En marzo el precio suele estabilizarse porque los consumidores gastan en otros rubros por el inicio de clases.
No obstante, en abril llegarían aumentos fuertes que se acercarían al 20%. Lo que es peor es que de cara al resto del año y de vistas al 2024, el panorama no mejoraría porque el efecto climático daría 800 mil terneros menos -reduciendo la oferta y generando precios más altos-.
