La pandemia afectó a todas las personas y su forma de vivir, relacionarse y hasta de ganarse la vida. Ana, Liliana y Gabriela son un claro ejemplo de reinvención.
“No se nos ocurrió, fue algo que se fue dando. En plena pandemia este jardín era un oasis y por eso venían los vecinos a tomar un mate, un café y a tocar mis gatos”, aseguró Liliana, una de las fundadoras de este particular emprendimiento.
“Una cosa llevó a la otra y nosotras tres éramos guías de turismo sin trabajo por la pandemia, por lo que decidimos emprender”, completó. El Cat Café está ubicado en el Abasto y cuenta con un jardín con enredadera.
Se disparan los casos de coronavirus en Argentina y crece la preocupación por una nueva variante
Además de ser un lugar para relajarnos tiene un fin solidario. “Empezamos a ser muy fuertes en las adopciones de gatos, teniendo una suerte de cat-shop dónde vendemos artículos cuya rentabilidad va destinada a donaciones”, disparó Liliana.
“Es una experiencia distinta poder compartir un café con un amigo y estar con los gatos”, aseguró uno de los trabajadores del establecimiento. La visita incluye café, alfajores y estacionamiento. Además está la posibilidad de estar con los felinos y darles de comer. Solo se puede acceder con reserva en Instagram.
