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Los argentinos y la ansiedad

El psicólogo, José Eduardo Abadi, analizó que estamos en "un momento sumamente difícil", en el que el país tiene que "recuperar la confianza".

Evidentemente no es novedad que en estos días la ciudadanía, los argentinos nos encontramos ansiosos, angustiados, preocupados, desconcertados. Algunos la llaman la improvisación, otros el imprevisto. Otros, la sorpresa traumática.

De pronto no sabemos bien dónde estamos parados, qué es lo que va a suceder. Y naturalmente, las contradicciones, las mentiras, también las informaciones, lo único que hacen es generar mayor ansiedad, mayor desconcierto, esto nos impide nuevamente conformar ese conjunto indispensable que requiere cualquier proyecto y cualquier noción de futuro y de porvenir.

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Estamos en un momento sumamente difícil, donde lo que escuchamos parece ser tan distinto a aquello que hemos escuchado, lo que nos dicen qué piensan ahora, parece tan distinto a lo que pensaban antes. Y naturalmente, quedamos perplejos, pero también con una enorme dificultad en poder tener un registro confiado de lo que nos dicen y entonces planificar a partir de ahí.

 Nuestra Argentina necesita recuperar nada menos que la confianza, es decir, poder fiarse del otro, poder caer en el otro, poder convertir la palabra de otro en algo sobre lo que yo me pueda apoyar para poder juntos construir un mañana. Sin confianza y cualquier proyecto técnico, económico o lo que sea, le está faltando el sostén, el fundamento. Sin confianza estamos solos. Esa no confianza está sustituida por la desconfianza. Los vínculos que podamos crear son muy endebles y entonces nos refugiamos en una soledad que, sabemos, no conduce a aquello que nos hemos propuesto, imaginado y aspirado.

La coherencia, se hace indispensable, la verdad se hace indispensable y las contradicciones tienen que limarse. No pidamos certeza, pero sí pidamos por lo menos una orden de probabilidad necesario.