Algo innegable que benefició ayer a Horacio Rodríguez Larreta en su reaparición pública con un discurso de alcance nacional, es haber logrado el interés de las plateas digitales, en el mundo de las redes sociales con foco en Twitter. Lo que fue la semana previa con un total de cuentas alcanzadas del orden de las 463 mil, pasó a ser en un solo día un interés que llegó a prácticamente 2.9 millones cuentas única geolocalizadas en el territorio argentino. Es decir, un incremento en el interés, en la trascendencia de las menciones a la figura de Larreta que creció en pocas horas en el orden del 627 por ciento.
Sin embargo, este crecimiento, que probablemente Larreta quiera capitalizarlo en la construcción de su figura, no solamente como dirigente de la Ciudad, sino como un dirigente de trascendencia nacional, tuvo un costo bastante elevado en términos digitales, especialmente sobre su reputación digital. Es decir, lo que vimos ayer en un solo día es que el 61 por ciento de las menciones en Twitter a su figura fueron de sentimiento negativo, un 22 por ciento de menciones neutrales y finalmente y apenas un 17 por ciento de menciones positivas.
Esta muy alta negatividad sobre la figura de la reta no es exclusivo de él, es decir, es un fenómeno que está golpeando a la dirigencia política en general. Como ya lo vimos la semana pasada, por ejemplo, en lo que fue la organización, o mejor dicho, la desorganización del funeral de Maradona en la Casa Rosada y el costo político y como vimos también en las redes sociales que pagó el gobierno de Alberto Fernández.
Volvemos a Larreta y digamos que en esta semántica reflejado en una nube de palabras, aparece fuertemente la presencia de una suerte de alter ego político que no es Alberto Fernández, sino que es el propio Mauricio Macri. Es decir, hoy por hoy, casi pegado al nombre y apellido de Horacio Rodríguez Larreta, aparece con mucha presencia el nombre y apellido del ex presidente, en lo que de alguna manera interpretamos nosotros, refleja algo que para Larreta es hoy un escollo verdadero en la construcción de un proyecto propio a nivel nacional, con aspiraciones presidenciales.
Por este motivo, Larreta más allá de confrontar con el kirchnerismo, hoy todavía tiene con fuerte peso a la figura del propio ex presidente Mauricio Macri, quien fue su jefe político y quien hoy, por fuera de los cargos tanto ejecutivos como electivos, es una figura de peso que sin duda explicará y bastante, como ya lo está haciendo ahora, las tensiones que se están dando dentro del espacio opositor de Juntos Por el Cambio.