El combo de pandemia más elecciones regeneró la grieta informativa. Y hasta la vacunación se convirtió en un campo de batalla de la polarización argentina. Miren: para unos medios, el Gobierno compró vacunas rusas tras algún negociado, prometió en vano que llegarían millones de dosis en enero y ahora hasta hace campaña política con la vacunación. Para otros medios, la Argentina se convirtió en uno de los países con más vacunados del mundo y, a las vacunas rusas, pronto se sumarán millones de dosis de otros laboratorios que serán aplicadas en forma gratuita. Un éxito.
Decir que es una cosa o la otra puede dar rating y votos, pero la verdad probablemente sea una mezcla de todo lo que dicen unos y otros. Otro ejemplo de verdades a medias es el caso Formosa: o Gildo Insfrán es un dictador que montó centros inhumanos de aislamiento o es un gobernador exitoso que logró la menor mortalidad por Covid, mientras por ejemplo, Rodríguez Larreta en Buenos Aires tiene la mayor mortalidad del país.
Otra vez: la realidad es mucho más compleja que informaciones a medida del consumidor. A ver, por un lado es un dato concreto que Formosa tiene la menor mortalidad del país: apenas 10 muertos por millón de habitantes.
También es cierto que la ciudad de Buenos Aires tiene la mayor mortalidad: 1.900 por millón. Pero todo eso no es otra cosa que lo que ocurre en el mundo: las grandes ciudades son el lugar ideal para el contagio, lo contrario que pasa en zonas menos pobladas… justamente como Formosa.
Y también es cierto que en sociedades vigiladas (el caso más notorio es el de China), el control de los contagios es obligadamente más eficaz. Y Gildo Insfrán es un gobernador que maneja con mano de hierro su provincia, como también es verdad que acaba de ser reelecto con el 76% de votos.
Más allá de denuncias por fraude, hasta los opositores aceptan que es un gobernador que cuenta con una adhesión mayoritaria. Otro dato, en Formosa el 65% de la población activa trabaja para el Estado (es el mayor porcentaje del país). Como verán, la realidad es así de compleja, está llena de contradicciones y de grises, aunque muchas veces la grieta informativa la simplifica hasta la caricatura.