Esta semana se reveló con toda su fuerza, con toda su intensidad, el rostro del verdadero enemigo de Alberto Fernández. El verdadero enemigo no es Cristina Fernández, aunque pueda haber tironeos con ella. Tampoco es el coronavirus, aunque flor de desastre armo en la Argentina, como en muchos países del mundo. Tampoco es Mauricio Macri, ni Horacio Rodríguez Larreta. El verdadero enemigo tiene la cara de Washington y se llama dólar y es, quizá, el principal causante de inestabilidad política en Argentina.
Quizás sea eso lo más interesante de esta semana: que Alberto Fernández se enfrenta al mismo enemigo como todos los presidentes antes que él. Alfonsín se fue en el medio de una hiperinflación desatada porque se desbocó el dólar. En el caso de Menem, este fue reelecto en 95 gracias a que controló el dólar, pero lo controló de manera tan rígida que eso hizo que fuera derrotado en el 99, porque la desocupación que había generado esa rigidez era terrible. De la Rúa ya no podía pagar la deuda, el esquema del dólar era tan terrible que finalmente lo derrocó y tuvo que meter un corralito para que la gente no pudiera sacar los dólares. Y eso hizo que la gente saliera a la calle y se fuera De la Rúa y viniera a Duhalde.
Polémica Tenembaum-Zunino: ¿hay un Alberto Fernández o son dos?
Luego Duhalde devaluó, y Kirchner ganó en el 2003, en el 2007 y después Cristina el 2011. ¿Por qué? Porque habían controlado el dólar. En el 2015 eso ya no pasaba. El 2014 tuvieron una devaluación terrible y el dólar, una vez más, hizo que cambiara de gobierno. Macri lo controló dos añitos. Los últimos dos años de Macri fueron terribles. Entró en escalada, escalada, escalada. No paraba de escalar y terminó como en 65 en el momento que se fue. Y ahora ese desafío lo enfrenta Alberto Fernández.
Uno puede enumerar los errores que cometió y puede decir es todo herencia. También el coronavirus generó todo un lío que hace que la gente se refugie en el dólar. Pero en todo caso, eso es tratar de entender las causas. Lo que uno ve por delante es una pelea tremenda. ¿Por qué? Porque no hay dólares o porque hay pocos, o porque la gente necesita el dólar como casi una droga y lo busca. Y cuando el Estado se va quedando sin dólares, lo primero que hace es intentar no devaluar, porque si devalúa empobrece a mucha gente, pero para no devaluar trata de controlar que no se vaya, pero cuando controla que no se vaya, mucha gente se asusta y pide más dólares.
El peor de los mundos: ¿de quién es la culpa?
Bueno, en eso estamos. Una vez más, un presidente tiene que enfrentar al peor enemigo de todos los presidentes anteriores y al peor enemigo de sí mismo. El dólar hasta ahora ha derrotado Alfonsín a Menem, a De la Rúa, a Cristina y a Macri ¿Podrá con Alberto Fernández?