La decadencia económica argentina siempre terminó llevando a la sociedad a resguardarse comprando dólares. A tal punto que la fuerte demanda de dólares en momentos clave de tensión social y política desencadenaron fuertes movimientos que cambiaron drásticamente la situación del país. Desde el “que se vayan todos” para acá, por lo menos, el dólar siempre fue un gran protagonista de la batalla por el control político del país. Hasta cierto punto, el cepo de Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof ayudó a llevar a Mauricio Macri a la presidencia. A la vez, las fuertes devaluaciones de 2017, 2018 y 2019 terminaron de hundir al gobierno de Macri, abriendole las puertas a una inesperada presidencia de Alberto Fernández, con Cristina como su vice.
Lo interesante es que los argentinos nunca pararon de comprar dólares, y por más restricciones cambiarias que se impongan, siempre aparece un mercado negro o paralelo. Al famoso blue, el que recientemente fue catalogado como una guarida de narcotraficantes y delincuentes por el presidente del Banco Central Miguel Ángel Pesce, se le suma ahora el “dólar delivery”.
La modalidad fue creciendo desde el principio de la cuarentena dado que las casas de cambio nunca fueron consideradas dentro de las actividades esenciales. Aunque siempre hubo movimiento en la calle Florida, muchas personas no circulaban por la pandemia del coronavirus, con lo cual empezaron a operar los cambistas—por fuera del marco legal, claro esta—con la modalidad delivery. Y esto llego a las redes sociales, donde es posible realizar una compra por Instagram, sin nunca haber conocido al vendedor y con una cotización competitiva. En este informe para RePerfilAr, te mostramos como funciona esta nueva modalidad.