Sergio Berni ha cobrado un fuerte protagonismo en los últimos meses. El polémico Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires es un hombre de acción, mostrándose frente a las cámaras de televisión llegando en moto a comandar operativos policiales en los barrios más calientes del conurbano. Con su estilo frontal y combativo, se ganó el aplauso de los vecinos que se encuentran acorralados por la creciente inseguridad y violencia del área metropolitana más grande el país. Y también su posible apoyo electoral, ya que varias encuestas miden el crecimiento de su imagen positiva y lo posicionan competitivamente, disputando espacios en la misma provincia donde le pisa los talones al mismo gobernador, Axel Kicillof, y a nivel nacional donde es uno de los dirigentes del Frente de Todos con mayor reconocimiento.
Berni es consciente de lo que provoca su estilo en el electorado, y ya contrató una agencia de publicidad privada que ya sacó al aire varios spots mostrándolo como una especie de Sheriff del conurbano. La “mano dura”—mano justa diría el propio Berni—tiene sus adeptos, como lo demuestra también el posicionamiento de Patricia Bullrich entre cierto núcleo duro de la oposición.
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También es un buen provocador, tanto con figuras de la oposición como podría ser la actual presidenta del Pro, como con la tropa propia. Sus idas y vueltas con la titular de la cartera de Seguridad nacional, Sabina Frederic, no hacen más que consolidar su rol como estrella mediática entre los que tienen a Cristina Fernández de Kirchner como su jefa política. Envuelto también en la polémica desaparición de Facundo Astudillo Castro en la provincia de Buenos Aires, Berni parece estar en todos lados a la vez.
Por estos días aislado preventivamente por un contacto estrecho con un caso positivo de Covid-19, hace unas semanas RePerfilAr acompañó al ministro en una jornada recorriendo el conurbano bonaerense.