Cuando se analizan los precios de distintas prendas de ropa, nos sorprende que estas pueden valer hasta 13 veces más dependiendo del canal de comercialización.
Según la Fundación Proteger, el precio de cada prenda se constituye del siguiente modo: 2,5% de Publicidad y Diseño, 4,8% de rentabilidad de la marca, 8,5% de injerencia directa de la industria, 9% de Logística y Comercialización, 12,2% de bancos, 12,7% de alquileres, y nada menos que un 50,3% de impuestos.
En sintonía con lo que ocurre con otros bienes y servicios, los precios se fueron por las nubes, es por eso que la remuneración imponible promedio de los trabajadores estables, anotó una caída cuatrimestral del 24% en el sector.
Sin embargo, hay un dato llamativo: entre diciembre de 2016 y febrero de 2024, la inflación fue del 4726%, mientras que los precios de las prendas de vestir se incrementaron un 4436%, 290 puntos porcentuales, por debajo del nivel general.