Ante la escasez de instrumentos para ahorrar y ganarle a la inflación, el ladrillo sigue siendo uno de los refugios donde los expertos aconsejan realizar la inversión, ya sea de un inmueble de pozo, a estrenar o usado. Pero ¿Cuál conviene de las tres opciones?
Siempre conviene tener en claro cual es la finalidad de la compra. La elección de qué hacer con un departamento en pozo no es fácil. Sobre todo por los ciclos macroeconómicos cambiantes. La ventaja más común es la posibilidad de financiar la unidad durante el trayecto de obra y pagarla en pesos.
También hay ciertos riesgos que deben tenerse en cuenta. Uno de ellos es que si el índice de la Cámara Argentina de la Construcción sube, esto impacta directamente en el valor de las cuotas.
Por otro lado, la ventaja de un departamento a estrenar es la posesión inmediata y en el caso de querer percibir una rentabilidad se puede alquilar la propiedad.
Pero las desventajas son que las unidades a estrenar tienden a tener valores de ventas más altos de uno que está en pozo o uno usado.
En el caso de las viviendas usadas el beneficio de compra es que ya está construida y tienden a tener precios de mercado más bajos. Lo ideal es visitar la vivienda acompañados de un arquitecto.
Frente a este panorama los expertos del sector agregan que hoy conviene comprar departamentos usados ya que hay más oferta y el valor del metro cuadrado sigue muy por debajo de las unidades a estrenar.
