Después de 30 años de luchar contra la caza furtiva de rinocerontes, el defensor sudafricano de esta especie en peligro de extinción, John Hume asegura que se quedó sin dinero para seguir con su cruzada para defender a los rinocerontes.
El empresario de 81 años compró su primer ejemplar cuando se jubiló. Hoy, su granja alberga unos 2.000 animales en 8.000 hectáreas donde se desempeñan 100 empleados, además de guardias de seguridad. Calcula que gastó 150 millones de dólares en el proyecto y ahora confía en que alguien más siga adelante con la granja.
A Hume le preocupa que en el mercado negro los cuernos de rinocerontes muertos se coticen hasta 60 mil dólares por kilo, más que un ejemplar vivo.
Pese a las drásticas medidas contra la caza furtiva en parques nacionales, en 2022 se mataron casi 450 rinocerontes, una cifra apenas inferior a la del año anterior. La subasta de la granja, a partir de este miércoles se abrirá en 10 millones de dólares.
Sudáfrica tiene casi el 80% de la población mundial de rinocerontes, pero el país se convirtió en un coto de caza clandestino, alimentado por la demanda en Asia donde los cuernos se utilizan en la medicina tradicional por sus supuestos efectos terapéuticos y afrodisíacos.