Una de las situaciones que más aflige a los argentinos es la que desde hace algunas semanas se vive en Rosario. Familiares y amigos de Máximo Iván Jerez, el nene de 12 años asesinado el último domingo, se movilizaron otra vez.
Los allegados del chico pidieron el esclarecimiento del ataque que dejó sin vida al niño y a otros tres menores de edad heridos. Por el caso hay cinco detenidos y todos serán acusados la próxima semana por el fiscal Adrián Spelta.
Por otro lado, este jueves por la tarde un grupo de sicarios baleó un depósito de garrafas. Gendarmería monitoreaba el lugar a dos cuadras de donde fue asesinado Máximo.
El responsable del comercio relató que uno de los delincuentes abrió fuego desde una moto blanca y que uno de los disparos le pasó cerca del pecho a uno de sus empleados.
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Las balaceras se volvieron moneda corriente en Rosario. La Unidad Fiscal encargada de investigar denuncias por ataques a tiros documentó una media de 16 casos por día.
Como si todo esto fuera poco, la violencia se despliega por todo el resto de la provincia de Santa Fe. Este viernes fue atacado un micro que circulaba por Circunvalación, cerca del estadio de Colón de Santa Fe.
El transporte trasladaba a efectivos del Servicio Penitenciario de Santa Fe a la Unidad 11. Los 10 penitenciarios que iban a bordo denunciaron haber sido víctimas de una balacera aunque las primeras pericias no evidencian impactos de proyectiles. Se investiga si el micro habría sido apedreado.