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Informe especial

Se cumplen 30 años de la demolición del Albergue Warnes

Símbolo del abandono y la pobreza, el edificio fue demolido hace 30 años. Hoy los residentes siguen lidiando con las mismas problemáticas de antaño.

Hace 30 años se puso fin a la historia más grande de la desidia argentina. Más de tres mil personas que vivían en el peor lugar de Buenos Aires lograron cerrarlo y mudarse. Se trata del Albergue Warnes, un lugar que al principio de los cincuenta fue pensado como el hospital materno infantil más avanzado de Latinoamérica.

La dictadura del 55 decidió frenar la obra que estaba a cargo de Ramón Carrillo, primer ministro de Salud del país, cuando el edificio estaba casi listo. Con el tiempo, varias familias encontraron abrigo en esa enorme mole de cemento ubicada en avenida Warnes, en el barrio de la Paternal. 

Alberto Cormillot, ex secretario de Calidad de Vida porteño, afirmó que el albergue Warnes era un lugar “inimaginable”. “Cuando llegué, además de ver las condiciones de vida, empecé a pensar en todas las enfermedades que podían tener esos chicos. Carlos Grosso había tomado el compromiso de hacerles un barrio a los residentes”, concluyó el doctor. 

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Carlos Grosso, intendente de la ciudad entre 1989-92, afirmó: “Queríamos recuperar para la ciudadanía un espacio que estaba perdido y, además, otorgarle la posibilidad de una vivienda digna a la gente que tenía que vivir en ese antro”. “Terminamos viviendo en uno de los edificios a raíz de un problema familiar. Cuando llegamos con mi pareja y mis tres hijos, no teníamos ningún servicio”, aseguró Gladys Miño, ex delegada del Warnes, quien luego completó: “Pudimos mudarnos porque llegamos a un consenso”.

Finalmente, se llegó al acuerdo de la construcción de 600 viviendas en Villa Soldati y se contrató a un ingeniero francés para implosionar la mole de cemento. Tras la partida de Grosso en 1992 a raíz de denuncias por corrupción, el barrio que iba a ser una bandera de su gestión fue convertido en un nuevo gueto y símbolo de abandono.